Por si no lo sabías, la gente así muy
pro no usa mandos inalámbricos. Los mandos inalámbricos, parece
ser, tienen un microdelay que te puede hacer perder la partida, esa
para la que te llevas preparando toda tu vida.
A mi, francamente, plim. Si pierdo
pierdo y ya ganaré mañana. Yo ya gané cuando nací, no tengo nada
que demostrar. Yo juego por deporte, no para que papá o mamá me
respeten. Eso se lo dejo a otros jugadores de menor categoría.
Ver la vida como una competición
infinita es un vicio muy capitalista, muy finales del XX principios
del XXI. El capitalismo había de verse como una competición para
que todos diésemos lo mejor de nosotros mismos porque teníamos un
sistema muy difícil de construir. Ahora que ya está acabado quedan
las secuelas, como las personas que no son capaces de ver la vida
como otra cosa que no sea una lucha a muerte.
Dando un paseo por la calle puedes
percibir, sin demasiada dificultad, que esto que te cuento es una
verdad definitiva. La peña se pelea por pasar antes que tú. ¡El
que pase antes por esta puerta gana! ¿No es esto, por lo menos, de
risa? Si me ves por la calle y me río de ti a carcajadas no te
piques, es culpa tuya.
Lo peor de mi versión de los hechos es
el papel que te asigno. Según tu versión tú eres el campeón, el
que ha pasado primero por todas las puertas. Según mi versión eres
el más tonto de la clase, al imbécil al que le han engañado los
patrones.
Es natural que te cueste aceptar mi
versión porque de ser el campeón de la Champions League pasas a ser
el colista de la tercera división regional. De ser el top pasas a
retard. ¿Cómo te va a resultar fácil aceptar lo que digo? Sin
embargo lo que digo es La Verdad Absoluta, ya que lo digo Yo.
Sin embargo Juan El Compasivo es muy
compasivo. Juan El Compasivo ve tu cara de lelo completamente
desconcertado. Juan El Compasivo, cuando acabe de revolcarse de la
risa por el suelo gracias a tu paupérrima efigie, te asignará un
lugar más digno en su mundo glorioso. Pero por ahora te vas a comer
la mierda ya que necesitamos a alguien que se la coma. Nada personal,
sólo negocios.
Por ahora, mi indigno compañero,
quiero reposar mis pies sobre tu cara. Así, como te lo digo. Si eres
capaz de llevar a cabo tan delicada cuestión ascenderás pronto. Si
te revuelves quedará claro que eres un siervo de baja calidad. Pero
lo que siempre serás es un siervo.
¿Qué prefieres, ser un siervo rebelde
o un siervo bueno? De tu actitud depende tu ascenso en esta empresa.
Tú eliges.