miércoles, 24 de enero de 2018

Conguitos

¡Qué producto más racista! Imagino que seguirá en el mercado por pertenecer al acervo popular, como los toros de Osborne de la carretera.


Los Conguitos sugieren que, al ser cacahuetes recubiertos de chocolate, son como negros. Como personas de raza negra. Para más inri se les representa como integrantes de las tribus indígenas del Congo. Y para acabar de rematarla, ñam, te los comes. Te comes a los negros.

¡Rock and roll! ¡La industria alimentaria española no se anda con hostias! Aquí nunca pensamos si ofendíamos o no a las personas negras y Conguitos es la prueba. Conguitos prueba que a las personas negras las veíamos de forma muy cómica, como monos sonrientes con una cualidad extrañamente humana.


¡Ey! ¿What can we say? La movida antes era así, yo que sé. Si no entiendes eso es que eres tonto, campeón. Si pones el grito en el cielo por unos Conguitos es que se te ha ido la olla del todo. Pues... ¡Sí! Antes se hacían estas cosas, sí. Antes estas cosas se estilaban lo mismo que ahora se estila que haya psicópatas de la corrección política.

Cada época tiene su estilo. Hay que apreciarlo como lo que es, un síntoma de los tiempos. ¡Tampoco te vuelvas loco llevándote las manos a la cabeza! Hoy en día se cree que el neoliberalismo es una cosa buenísima, lo mismo que en la Segunda Guerra Mundial se creía que gasear judíos era algo fetén. Luego se averiguó que no, que lo de gasear judíos mal. Así que todo indica que pronto entenderemos que el neoliberalismo fatal también.


¿No te flipa haber vivido lo que las Escrituras llamaron el Apocalipsis? Porque a mi un montón, he de confesarte, mi reverente lector. Aquí hemos hecho presidente a Donald Trump por la patilla, algo que Los Simpsons usaban como coña para reírnos por lo absurdo que era. ¿A quién haremos presidente la próxima vez que haya problemas económicos? ¿A un diablo con cuernos y patas de cabra, para que ya no quede duda ninguna?

Si seguimos haciendo caso a las Escrituras, no, ya no vamos a hacer más gilipolleces. A partir de ahora todo va a ir de puta madre y no volveremos a hacer una sola gilipollez más por mil años. Sin embargo ahora llega la parte que a Juan más le gusta: acusarte por las cosas malas que hiciste tú cuando todo el mundo se volvió loco.


Juan tiene apuntado a cada judío que has gaseado. ¿Qué te crees, que Juan no estaba mirando? Juan estaba acechando detrás de cada árbol, detrás de cada farola. Juan tiene pruebas gráficas que demuestran que si te aprietan la lías.

Ey, algo tenía que hacer. Era el Apocalipsis. Tenía que entretenerme con algo, no sé.