¡Qué producto más racista! Imagino
que seguirá en el mercado por pertenecer al acervo popular, como los
toros de Osborne de la carretera.
Los Conguitos sugieren que, al ser
cacahuetes recubiertos de chocolate, son como negros. Como personas
de raza negra. Para más inri se les representa como integrantes de
las tribus indígenas del Congo. Y para acabar de rematarla, ñam, te
los comes. Te comes a los negros.
¡Rock and roll! ¡La industria
alimentaria española no se anda con hostias! Aquí nunca pensamos si
ofendíamos o no a las personas negras y Conguitos es la prueba.
Conguitos prueba que a las personas negras las veíamos de forma muy
cómica, como monos sonrientes con una cualidad extrañamente humana.
¡Ey! ¿What can we say? La movida
antes era así, yo que sé. Si no entiendes eso es que eres tonto,
campeón. Si pones el grito en el cielo por unos Conguitos es que se
te ha ido la olla del todo. Pues... ¡Sí! Antes se hacían estas
cosas, sí. Antes estas cosas se estilaban lo mismo que ahora se
estila que haya psicópatas de la corrección política.
Cada época tiene su estilo. Hay que
apreciarlo como lo que es, un síntoma de los tiempos. ¡Tampoco te
vuelvas loco llevándote las manos a la cabeza! Hoy en día se cree
que el neoliberalismo es una cosa buenísima, lo mismo que en la
Segunda Guerra Mundial se creía que gasear judíos era algo fetén.
Luego se averiguó que no, que lo de gasear judíos mal. Así que
todo indica que pronto entenderemos que el neoliberalismo fatal
también.
¿No te flipa haber vivido lo que las
Escrituras llamaron el Apocalipsis? Porque a mi un montón, he de
confesarte, mi reverente lector. Aquí hemos hecho presidente a
Donald Trump por la patilla, algo que Los Simpsons usaban como coña
para reírnos por lo absurdo que era. ¿A quién haremos presidente
la próxima vez que haya problemas económicos? ¿A un diablo con
cuernos y patas de cabra, para que ya no quede duda ninguna?
Si seguimos haciendo caso a las
Escrituras, no, ya no vamos a hacer más gilipolleces. A partir de
ahora todo va a ir de puta madre y no volveremos a hacer una sola
gilipollez más por mil años. Sin embargo ahora llega la parte que a
Juan más le gusta: acusarte por las cosas malas que hiciste tú
cuando todo el mundo se volvió loco.
Juan tiene apuntado a cada judío que
has gaseado. ¿Qué te crees, que Juan no estaba mirando? Juan estaba
acechando detrás de cada árbol, detrás de cada farola. Juan tiene
pruebas gráficas que demuestran que si te aprietan la lías.
Ey, algo tenía que hacer. Era el
Apocalipsis. Tenía que entretenerme con algo, no sé.