miércoles, 31 de enero de 2018

¡¡Al Ataque!! nº 4

La revista semanal más chachipilongui. Para los amantes de la historia de la televisión española hoy será un día de fiesta, porque voy a hablar de ¡¡Al Ataque!!


¡¡Al Ataque!! se lo sacó de la manga Alfonso Arús y reventó la parrilla de 5 canales + 1 que teníamos en los 90. Los martes por la noche el mundo se detenía y, a cambio, yo ponía en marcha mi grabador VHS para poder visionar una y otra vez esta locura genial que ha quedado tan olvidada que uno se pregunta por qué.

Arús se juntó con una pandilla de colaboradores desconocidos en televisión (Sergio Mas, Jorge Salvador, Javier Martín y el mismísimo Andreu Buenafuente en el papel de Cejis, entre otros) y hacían imitaciones y otras cosas grotescas. Se hicieron con unas máscaras de goma de Ramón Mendoza, Johan Cruyff, Jose Luis Núñez y otros superpersonajes de la actualidad y... ¡Bueno, simplemente parecía que se dedicaban a hacer el mono ante la cámara! Aquello yo no sé si era dadá, humor de bar o yo no sé qué era.


La mejor sección era El Fútbol Es Así en la que repasaban la jornada futbolística en clave de humor. Lanzaron grandes temazos musicales como Di La Lá y en Phosquitos regalaban las gafas de Pepe Gáfez si tenías suerte. Si no, sólo caretas de cartón de Mendoza. Bueno, la risa. Una auténtica traca de petardos social.

Nunca sabré si Alfonso Arús fue un genio rutilante o un tío que tuvo suerte. Por una parte, primero lo petó con Vídeos de Primera para después petarlo con Al Ataque, que nos ocupa. Terminó fracasando con El Chou, que era la versión XL de Al Ataque para la noche de los viernes. Más adelante le vi con la cabeza como una bola de billar presentando un programa que no acababa de chutar. ¿Fue un genio que le hicieron la zancadilla o un genio sin consistencia en the long run? No lo sé, no lo sé.


Si en alguien se han de fijar los millennials es en Alfonso Arús. Los millennials creen que ellos son nuevos en el planeta, pero no. Alfonso Arús lo pisó antes que ellos y sufrió las inclemencias de un mundo poco cuidadoso con las perlas biológicas. Quizás si el mundo se fijase menos en el éxito económico constante hoy seguiríamos disfrutando de Alfonso Arús. Pero como la cagó con El Chou se le tachó de la lista VIP. ¿No tiene derecho uno al fracaso estacional, sobre todo en cuestiones tan relacionadas con el crecimiento personal como el arte?

Medir la calidad en términos económicos no sólo es sádico, sino que es miope. Por esa regla de tres la etapa de crisálida del gusano de seda es un fracaso, porque hacer no hace nada. Sin embargo es una etapa necesaria para convertirse en flamante mariposa. ¿Ha de dejar de tener apoyo el gusano en una etapa tan crucial como la de crisálida? De hacer eso nunca tendremos mariposas o, de tenerlas, no serán tan buenas de mimarlas como se merecen.


¿A que te sientes identificado, millennial? ¿A que tú también necesitas apoyo mientras no te conviertes en aquello con lo que iluminarás al mundo, como la crisálida? Los fachas no lo entienden porque ellos serán gusanos para siempre. Es más, ellos ven en lo que te vas a convertir y les da rabia, así que si pueden joderte te van a joder para que no les hagas sombra. ¿Qué puedes esperar de un eterno gusano? Los eternos gusanos no pueden escapar de las pulsiones ralas propias de los invertebrados que se arrastran.

Tranquilo, querido millennial, porque Juan, tu líder tirano, tiene muy en cuenta las necesidades de tu desarrollo especial, superior. Si votas a Juan para que te subyugue Juan te promete que cuidará de tu delicada naturaleza. Juan ha visto muchos VHS de ¡¡Al Ataque!! y ha estudiado las etapas reales de tu crecimiento. Por eso Juan sabe lo que necesitas mientras que los fachas no. Vota Juan.