sábado, 20 de enero de 2018

Mighty nº 9 – Wii U

El sucesor espiritual de Mega Man. La que se ha liado para que este juego llegue a nuestras estanterías.


Al supuesto creador de Mega Man le pasó lo que a todos los creativos estos años, que la estrictísima política corporativa de la empresa no le dejaba volar. Así que, como tantos otros, se lanzó a Kickstarter para que fuesen los consumidores y no los accionistas los que soltaran la mosca para desarrollar sus juegos.

El resultado ha sido un juego pobre, como sin acabar. El protagonista tiene como dientes de sierra y todo parece estar hecho rápido, en dos patás. Para ser un juego que ha hecho tanto ruido da la sensación de ser un boceto.


Esto abre muchas cuestiones. Cuestión número 1: ¿es tan bueno el supuesto creador de Mega Man como cuenta la leyenda? Porque en cuanto no ha estado amparado por Capcom, la superempresa para la que trabajaba, ha hecho un ridículo sonado. ¿No sugiere esto que quizás estemos emcumbrando a jetillas sólo por no vigilar suficientemente a la sociedad?

Cuestión número 2: ¿para qué haces hype, hijo de Dios? Estamos en el 2018, has oído bien. Si no sabes que hacer hype es mala cosa, no sé, deberías volver a 2002 en el Delorean y empaparte de cultura posmoderna. ¿No sabes que dime de qué presumes y te diré de lo que careces, si prefieres un lenguaje más clásico, más de nuestros mayores?


Juan, por ejemplo, presume de ser un megalómano psicópata. ¿No está Juan, en su grandeza, dándote una lección magnífica de cómo debes comportarte sin aleccionarte directamente, como los pobres de espíritu? ¿No es Juan un ejemplo a seguir por su gallardía, valentía y osadía? ¡Pues claro que lo es!

Tú, por ejemplo, presumes de ser humilde y ponderado cuando en realidad eres arrogante y desquiciado. ¿Ves la diferencia entre tú y yo? Tú finges ser mucho cuando en realidad eres poco y yo finjo ser poco porque, no es por ofender, soy muchísimo.


Hoy has aprendido una lección que no olvidarás, mi ridículo lector. Hoy has aprendido que ir de pavisoso (o pavisosa) es un pecado gravísimo a los ojos de nuestro Señor. Él ve en tu corazón como si este estuviese en 4K y sabe que el numerito que te montas para quedar bien socialmente es una farsa que insulta a los ángeles del Cielo.

Por tanto ¡aparta de mi vista! El hedor de tu falsa humildad hace llorar al Niño Jesús, que soy yo. O si no siempre puedes hacer un Kickstarter y quedar en ridículo tú solito, sin mi ayuda. Tú eliges, tontín.