martes, 9 de enero de 2018

Deus Ex: Human Revolution – Director´s Cut – Wii U

No hay nada mejor que un Director´s Cut, al menos para el director. En un Director´s Cut pones las cosas como te sale a ti de tu ombligo pomposo, no como quieren los malditos productores o el estúpido público.


Los productores y el público son como la atmósfera, pesada y densa pero necesaria para la vida. Sería más fácil volar si no existiesen, pero si no existiesen no habría vida en el planeta y por lo tanto tú no podrías siquiera asomar el morro. No habrías ni nacido.

Si te dedicas a un oficio creativo ya sabrás de qué pollas estoy hablando, ¿no? Tú quieres hacer las cosas superguay y el cliente quiere hacer una mierda pinchada en un palo. El baile se parece al de una pareja romántica, hay que negociar para que ambas partes maximicen sus beneficios.


A mi no me mires, yo soy más radical que Puigdemont. Si a mi me tocan lo que yo, por gestos, señalo que no me toquen, desaparezco. Te dejo plantado, hijo de puta (o hija de puta), y no me vuelves a ver más el pelo. Te dejo retorciéndote la cabeza de desconcierto, intentando escudriñar dónde pudiste cometer el fatal error.

Con los años he aprendido a aguantarme las ganas de asesinar entre terribles sufrimientos al que toca mi Anillo Único. Ahora si cometes la insensatez de cruzar la línea roja no te estrangularé con mis propias manos, sino que haré algo para que te enteres que la estás cagando pero no cortaré relaciones de cuajo. Con los años, digamos, he aprendido a darte una oportunidad.


La gente así creativa somos así, a poco que nos toques en nuestro punto G la montamos fina. Es una auténtica putada, porque si la montas quedas en ridículo a saco y yo por lo menos no puedo volver a mirar a la gente a la cara. No sé cómo diablos se las apañan las prima donnas y toda esa gente, que viven montando numeritos y aquí no pasa nunca nada. ¡Qué cara más dura deben tener esas chicas!

A mi me parece que en el siglo XXI los creativos magníficos tenemos que ya estar bien entrenados. No digo que si rozas no irrite, lo que digo es que hay que aguantar un poquito más de lo que venía siendo la media antiguamente. Hay que aprender a soportar que una mosca se pose sobre tu exquisitez, porque en este mundo, me temo, hay mucha mosca suelta.


Si necesitas aprender a soportar el dolor infame de que un tonto del culo no sepa tratar con la reverencia pertinente tu magnífico talento, te invito a que vengas conmigo a mi pueblo. ¡Allí te vas a hacer un hombre, chaval! En mi pueblo uno aprende a morder un lápiz, me cago en la puta. Mi pueblo es mi secreto mejor guardado, el motivo por el que me comporto como un caballero en vez de como una loca desquiciada.

Y si quieres el domingo vamos a comer pulpo a El Espino. Pero pagas tú, por supuesto. ¡No voy a pagar yo! Yo soy el profesor, el que me debes pasta eres tú a mi.