No hay nada mejor que un Director´s
Cut, al menos para el director. En un Director´s Cut pones las cosas
como te sale a ti de tu ombligo pomposo, no como quieren los malditos
productores o el estúpido público.
Los productores y el público son como
la atmósfera, pesada y densa pero necesaria para la vida. Sería más
fácil volar si no existiesen, pero si no existiesen no habría vida
en el planeta y por lo tanto tú no podrías siquiera asomar el
morro. No habrías ni nacido.
Si te dedicas a un oficio creativo ya
sabrás de qué pollas estoy hablando, ¿no? Tú quieres hacer las
cosas superguay y el cliente quiere hacer una mierda pinchada en un
palo. El baile se parece al de una pareja romántica, hay que
negociar para que ambas partes maximicen sus beneficios.
A mi no me mires, yo soy más radical
que Puigdemont. Si a mi me tocan lo que yo, por gestos, señalo que
no me toquen, desaparezco. Te dejo plantado, hijo de puta (o hija de
puta), y no me vuelves a ver más el pelo. Te dejo retorciéndote la
cabeza de desconcierto, intentando escudriñar dónde pudiste cometer
el fatal error.
Con los años he aprendido a aguantarme
las ganas de asesinar entre terribles sufrimientos al que toca mi
Anillo Único. Ahora si cometes la insensatez de cruzar la línea
roja no te estrangularé con mis propias manos, sino que haré algo
para que te enteres que la estás cagando pero no cortaré relaciones
de cuajo. Con los años, digamos, he aprendido a darte una
oportunidad.
La gente así creativa somos así, a
poco que nos toques en nuestro punto G la montamos fina. Es una
auténtica putada, porque si la montas quedas en ridículo a saco y
yo por lo menos no puedo volver a mirar a la gente a la cara. No sé
cómo diablos se las apañan las prima donnas y toda esa gente, que
viven montando numeritos y aquí no pasa nunca nada. ¡Qué cara más
dura deben tener esas chicas!
A mi me parece que en el siglo XXI los
creativos magníficos tenemos que ya estar bien entrenados. No digo
que si rozas no irrite, lo que digo es que hay que aguantar un
poquito más de lo que venía siendo la media antiguamente. Hay que
aprender a soportar que una mosca se pose sobre tu exquisitez, porque
en este mundo, me temo, hay mucha mosca suelta.
Si necesitas aprender a soportar el
dolor infame de que un tonto del culo no sepa tratar con la
reverencia pertinente tu magnífico talento, te invito a que vengas
conmigo a mi pueblo. ¡Allí te vas a hacer un hombre, chaval! En mi
pueblo uno aprende a morder un lápiz, me cago en la puta. Mi pueblo
es mi secreto mejor guardado, el motivo por el que me comporto como
un caballero en vez de como una loca desquiciada.
Y si quieres el domingo vamos a comer
pulpo a El Espino. Pero pagas tú, por supuesto. ¡No voy a pagar yo!
Yo soy el profesor, el que me debes pasta eres tú a mi.