viernes, 19 de enero de 2018

Carrotblanca

En vez de Casablanca, Carrotblanca. Carrot significa zanahoria, que es lo que comen los conejos. Bugs Bunny es un conejo.


Con este juego de palabras fino filipino se nos presenta una peli que no he visto y, francamente, igual me cuesta un poco llegar a ver. Hay tantas opciones hoy en día que ¿por qué voy a ponerme con una peli de Bugs Bunny?

Yo con Youtube ya no necesito televisión. En Youtube hay absolutamente de todo. Hay personas haciendo cosas muchísimo más chulas que cualquier superproducción de HBO, Netflix o Movistar+. La pregunta es ¿por qué rayos ves tú esas cadenas de pago cuando molan menos que lo gratis?


Te contaré un secreto de guionista: cualquier obra habla del guionista sólo que disfrazada de otras cosas. El romance que tienen los protagonistas de la peli es un romance que tuvo el guionista o un amigo del guionista. O una cosa que vio el guionista o se le ocurrió al guionista. Por tanto ¿por qué no ponemos directamente al guionista delante de la cámara y que cuente sus cosas sin disfraces?

Básicamente eso es Youtube, el artista desnudo con muy pocos medios tirando palante. ¿No es eso mejor que Juego de Tronos al completo? Bueno, igual para ti no, porque tú tienes el nivel cerebral de una ameba, pero digo para las personas normales. Si lo gratis es mejor, más avanzado... ¿Por qué gastarte el dinero, adulto de pocas luces?


No me digas que socialmente tiene más valor porque eso no es verdad. Socialmente tiene valor ser inteligente, puntero, rabiosamente contemporáneo. Tener Netflix o HBO dice que eres un borrego, no puntero ni inteligente. Por eso te pregunto que para qué te gastas el dinero.

Tener Movistar+ es la opción más pureta pero en realidad es la más guay, porque hoy que todo el mundo es guay lo verdaderamente guay es ser pureta. Pero como tú no eres guay de corazón, sólo de carcasa, no sabes estos códigos que manejamos los que somos guays de verdad, por ADN, por pura biología.


Por eso me he pillado esta Carrotblanca, porque tengo un poco de ganas de una producción donde se hacían chistes racistas, la violencia era tan gratuita como que un perro cague en el parque y donde, francamente, todo daba putamente igual. Hoy hay que andar con mil ojos para no ofender a un montón de gilipollas que, la verdad, es mejor ofenderlos para que se callen la puta boca, porque son imbéciles.

¿De verdad te duele mucho que te ofenda, gilipollas? Porque más debería ofenderte ser tan gilipollas como eres.