martes, 16 de enero de 2018

Alcatel U5

Hoy hablaremos de la que podría ser la herencia del One Touch Easy, aquel teléfono móvil que regalaban con las galletas en nuestros tiempos mozos.


¿Cómo puede ser que nadie hable de aquellos años? Aquellos años son tan icónicos como los 80, llenos de incipientes productos tecnológicos que nos fascinaban en nuestra inocencia. A Internet nos conectábamos con modem de 56k (los que se conectaban) y había tanta variedad de teléfonos como hoy, sólo que menos avanzados.

Podías elegir entre un Sagem, un Alcatel, un Nokia, un Nec, un Ericsson, un Siemens... El rey era Nokia pero los demás tampoco se quedaban atrás. Como hoy con Apple y el resto. ¡Qué rápido nos deshacemos de nuestra historia! ¿Qué tendrá de malo?


Cuando alguien era de determinada manera hace diez años y hoy es completamente diferente... ¡Cuidado! ¡Abre el ojo! Ahí hay un pufo no resuelto. Que no te engañen esos chicos que se iban a estudiar a Estados Unidos y volvían habiendo olvidado que eran unos pringados. ¿Qué pasa, que por irte a Estados Unidos tu cuenta queda saldada? No, guapo.

La gente tiende mucho a hacer borrón y cuenta nueva cuando está en números rojos. ¡Ah, qué listo! Así yo también quiero hacer borrón y cuenta nueva, no te jode. Borrón y cuenta nueva es válido moralmente cuando tu motivación es dejar de pelear por una tontería, no porque te veas arrinconado y quieras escaparte como una cobardica. Si quieres hacer borrón y cuenta nueva tienes que ser más humilde de lo que suele ser habitual.


Para que se te perdonen las deudas tienes que esgrimir algo más que un berrinche. Tienes que demostrar buena voluntad y un corazón verdaderamente dispuesto. No te podemos perdonar las deudas así, por las buenas, porque nos has desfalcado bastante y nada indica que, si te perdonamos, no lo vayas a hacer otra vez. Así que mientras aprendes esta lección moral tan elemental vas a tener que seguir cargando con el peso del odio social.

El odio social es una energía muy positiva, sirve para mantener a raya a vagos y maleantes. Si haces algún pufo quedas señalado y todo el rencor que llevamos en nuestros corazones tiene un destinatario que permite desahogarnos y a la vez hacer algo constructivo. Por tanto no se trata de librarnos de toda le violencia que habita en nuestro interior, sino de darle un uso correcto.


¿Qué es mejor, prohibir los residuos o inventar modos mediante los que se conviertan en energía? Naturalmente la segunda opción. Para llegar a no emitir residuo alguno muchas personas tienen que estar bien controladas. Podemos controlarlos haciéndoles cargar con nuestros residuos, con todo lo malo que tenemos dentro.

Y así conseguiremos dos victorias: una, la anulación social de los parásitos, y dos, la justicia poética con la que llevamos soñando tanto tiempo. ¿Qué os parece?