¿”Mostaza Diáfana”? ¿Qué rayos
significa esto? ¿Que es clara como la luz del día, que se explica
muy bien? Yo estas cosas así como pijas de verdad que me parecen una
gilipollez.
Cuando tú no tomas otra mostaza que no
sea diáfana estás jodido, tío. Te has vuelto tonto del culo y no
podemos hacer nada por ti, lo sentimos mucho. En los 90 tenía gracia
fingir que eras Frasier, pero es que ahora es de un inoportuno
llevarse este rollo que es para que te tiren tomates por la calle.
El estilo es una cuestión de
pertinencia. No, no de pertenencia, como cree casi todo el mundo. El
estilo es decir la palabra justa en el momento adecuado. Y yo creo
que hoy en día socioeconómicamente no es nada pertinente ir por la
vida tomando mostazas diáfanas.
Hoy en día lo pertinente es tomar la
mostaza más barata que encuentres. La mostaza es una bobada de
alimento y no es nada crucial que sea o no diáfana. De hecho,
podrías pasar perfectamente sin tomar mostacita, niño. Échale al
bocata aceite de girasol, que tiene mucha vitamina E.
Cuando las cosas van bien es muy burdo
ir por la vida de perroflauta. Pero cuando las cosas van mal es muy
burdo ir por la vida de pijo que “la cosa no va con él”. Además,
cuando las cosas vuelvan a ir bien todos nos acordaremos de que te
hiciste el sueco y los que nos haremos los suecos entonces seremos
nosotros. ¡Siempre al revés de lo que marcan las leyes del saber
estar! ¿Ves como eres un incompetente? Siempre te lo sugiero pero no
te enteras. Quizás soy demasiado fino, quién sabe.
Sea como sea, Juan ha dejado la
profesión de maestro del estilo. Juan opina que si no has aprendido
ya a comportarte nunca vas a aprender, así que Juan olvida tu
nombre, tu cara, tu casa y pega la vuelta. No, no me vengas ahora con
que no me puedes comprender. Si no me puedes comprender es porque
eres tonto, ya que yo soy diáfanamente comprensible, como tu
mostaza.
¡Jajaja! ¡Qué gracioso es Juan! Juan
no sólo te adiestra sino que encima lo hace con descacharrante
humor. ¿No estás agradecido a Juan, niño pijo? Juan tiene muchas
durezas en los pies porque Juan últimamente camina mucho. ¿Por qué
no me las limas?
Juan te permite hacer labores de
esclavo ya que necesitas aprender humildad. A Juan se la trae floja
si le limas o no las durezas, porque Juan tiene dos manos y lo puede
hacer él mismo. Pero la visión de un niño pijo como tú es tan
repulsiva que Juan ha de tomar medidas. Y lo que te conviene es
servir a los demás, en este caso, concretamente, a Juan.
Cuando termines tu sucia labor en vez
de estar hirviendo de rabia estarás pleno de gozo, porque tu
problema no es que tengas demasiado poco, es que eres demasiado
estiradito y demasiado caprichoso. Por eso Juan te abofetea, para que
tus ojos se despejen de las brumas de la estupidez, esa amiga tuya
tan íntima.