Yo soy más de Herbie que de Chitty
Chitty Bang Bang. Recuerdo que de pequeño pillé esta peli muy
esperanzado por su muy sonoro título. Lamentablemente Herbie, con
menos pretensiones, mola mucho más.
¿Se puede saber si una película está
bien o mal sólo mirando la carátula? Sí, pero requiere
entrenamiento. De pequeño, como os he contado, piqué como un
simpático gorrino ante los fuegos artificiales de Chitty Chitty.
Saber si algo es canela o un fraude de
un solo vistazo requiere, supongo, cierta predisposición biológica
y luego entrenar la pituitaria. La pituitaria en estos tiempos está
muy atrofiada porque nos fiamos de otros sentidos para discernir:
leemos periódicos en vez de mirarle a los ojos a la gente, por
ejemplo. Así pueden contarnos cualquier milonga y que el maloso se
vaya de rositas.
Dependemos mucho de la tecnología
porque la tecnología nos ha fascinado. Yo esto lo veo completamente
normal, tranquilos, no os estoy criticando, aunque podría. Cuando te
enamoras de alguien dependes completamente de él o ella y cuando te
enamoras de algo igual. ¡Muy humano lo vuestro!
Yo no estoy fascinado por la tecnología
porque ya lo estuve, no porque sea 100% un viejo gruñón. Para mi
gusto la época de fascinarse por la tecnología era cuando las LAN
parties. ¡Eso sí que era fascinante! Una nave industrial repleta de
gente que ha cargado con su torre y su monitor para jugar al Counter
Strike. Hoy todo se hace desde el sofá y eso no es nada fascinante.
La inteligencia artificial tampoco me
fascina porque la conozco desde hace mucho. Los enemigos del Counter
Strike también están repletos de inteligencia artificial, se cubren
cuando disparas y te disparan cuando te asomas. La única diferencia
es que antes se programaban conjuntos de polígonos y hoy robots de
metal.
Los anuncios de juguetes “de
inteligencia artificial” también son muy ofensivos. Tendrán todos
los circuitos modernos que quieran pero no molan. No hay nada más
triste que un juguete que intenta molar pero no lo consigue, como
ocurría con los primeros ordenadores de juguete. ¿Quién quería un
ordenador de juguete cuando podías usar el PC de tus padres?
De pequeños no sabíamos ni lo que era
una burbuja especulativa. Todo lo que sabíamos es que este juguete
mola y este otro no mola, sin querer pinchamos decenas de burbujas
que no iban a ninguna parte. ¿Creéis que ahora que somos mayores
las cosas han cambiado? No, sólo que ahora se nos exige “saber de
la actualidad” y nos fijamos en la forma descuidando el fondo.
¿No os daría pena llegar a viejos y
daros cuenta de que os timaron como a tontos cuando empezasteis a ser
mayores? A mi muchísima. Por eso os insto a que no leáis tanto blog
y os fijéis en lo que mola y no mola de raíz, como cuando erais
pequeños. Es la única forma de hacer las cosas bien.