jueves, 21 de diciembre de 2017

Shovel Knight – Wii U

Ver este juego y luego el logo del estudio que lo ha desarrollado es una cosa muy curiosa. Analicemos por qué.


El juego respira humildad, falta de medios. Es un canto a los 8 bits, “cuando los juegos eran juegos”. El logotipo representa un yate con humos, el estudio se llama Yacht Club, club náutico. O sea, lo más snob que hay. ¡Qué decepción!

Cuando compré Shovel Knight esperaba que hubiese sido creado por artesanos dedicados, no por niños estirados con ínfulas. Pensé que era un juego hecho por gente que realmente respeta la artesanía, no por gente que la respeta para que digan de ellos que “respetan la artesanía” y así les dejen pasar al club náutico.


Igual es mi carácter más snob que el del más snob del mundo, pero yo no lo creo. Yo creo que mis modos son snobs pero para reírme de los snobs chungos, los que lo son de corazón. O quizás vayan de snobs porque no pueden ir de otra manera. ¿Quién lo sabe? Yo abandono la cruzada de descubrir qué se halla en el corazón de un snob.

Yo os insto, de la forma más humilde del mundo, a que depongáis una actitud estirada. Más que nada por moda, porque ya estamos en el siglo XXI. En el siglo XXI hay cámaras por todas partes, todos sabemos quién es quién. Así que ¿para qué fingir más? Si no das no das, hijo, porque te aúpes no vamos a creer que sí.


Yo entiendo que ir por la vida sin zancos es un rollo, uno no ve por encima de la cabeza de los demás. Pero mejor será ser un humilde bajito que un humilde bajito con la nariz cincelada hacia arriba, ¿no? Piénsalo.

Sin más, mis queridos snobs, os suelto la correa para que podáis sentiros libres por los pastos. Lo que no hayáis aprendido ya no lo vais a aprender, así que os dejo marchar. Espero que cuando os halléis atrapados por la espada de un orgullo más afilado que el vuestro podáis recordar las lecciones del viejo Juan.


Esa es otra: ¡que vaya orgullo de chichinabo! ¿Cómo podéis ir de orgullosos con esa navajita mellada del tres al cuarto? De verdad que a veces me meso mis sabias barbas...

Pero vamos, que esto de lo dicho no cambia nada. ¡Hala! ¡A correr! ¡Sed libres! ¡Libres!