¿No os da como una extraña sensación
cuando una marca tradicional hace cosas modernas? ¿El Almendro y
Mini Bits deben ir en la misma frase? Analicemos tan fascinante
cuestión.
En principio El Almendro no debería
cambiar nada, debería ser una tableta de turrón de almendras y
santas pascuas. Pero yo entiendo que en la empresa se cuelan todo
tipo de caraduras: investigadores de mercado, jóvenes ansiosos por
brillar, speakers de TED queriendo aplicar sus fabulosas teorías. Y
entonces, claro, el presidente, sólo por que se callen, accede a
hacer lo que sea que quieren hacer. Sólo por que se callen.
El resultado son estas convenientes
raciones de turrón individuales. Da un poco la misma sensación que
esos ancianos que, en vez de estar dormitando en el sillón, hacen
surf y escuchan música rock & roll. Por un lado mola pero por
otro se pierde el respeto solemne que dan los años.
¡Qué complicado puede llegar a ser
saber dónde está el límite del envoltorio y la esencia! ¿Hasta
dónde podemos hacer experimentos sin tocar el tuétano de la
cuestión? Yo en mis asuntos lo tengo bastante claro, pero en los
asuntos de los demás no me gusta meterme. Para poder asesorar a El
Almendro debidamente tendría que mancharme de su cultura corporativa
durante años. ¿Merece la pena? ¿De verdad necesitamos tanto nuevos
formatos de envase de turrón?
Mi forma de ver las cosas es que no
merece la pena el esfuerzo. El Almendro puede pasar perfectamente sin
hacer absolutamente nada nuevo y los consumidores podemos pasar
perfectamente sin estos envases que elevan el consumo de plástico
hasta la carcajada. Pero entonces queda la cuestión cenital: un
montón de “asesores” y “consultores” se verían abocados a
comer huesos de aceitunas.
¿Qué es más importante, mantener un
nivel de vida o hacer cosas mínimamente útiles? Según cómo
respondas tú a esta pregunta llevarás adelante unas acciones u
otras. Si te importa más tu jerseicito mensual que la vergüenza de
saber que tus “recomendaciones” son una sarta de patrañas que
sólo sueltas para que te aflojen la mosca, tu destino es claro: tú
tienes que montarte una farsa y defenderla pase lo que pase.
Sin embargo si a ti te gusta más eso
de no tomarle el pelo a nadie tendrás que enfocar las cosas de otra
manera. De entrada tienes que deshacerte de esa visión cortoplacista
que tu inteligencia de mosquito te sugiere que sigas. Tienes que
montar una estructura a largo plazo en un horizonte más allá de una
situación económica de emergencia, que por definición es sumamente
estacional. No puedes planificar tu vida sobre la piedra angular de
la inestabilidad económica.
Evidentemente ahora las estructuras
están desarmadas, apenas están empezando a recomponerse. Por tanto
¿cómo esperas ganar mucho dinero en este escenario, hijo? ¿Acaso
eres tonto? Lo que tienes que hacer es lo evidente, gastar poco,
ahorrar mucho y preparar el armazón de tu vida en arreglo a lo más
lejos que seas capaz de ver. Pero claro, si no puedes ver más allá
de tus narices te entiendo.
Yo esto te lo digo porque uno va a
comerse un honesto cacho de turrón y se encuentra con estos arreglos
cosméticos de chichinabo que sólo sirven para justificar la
presencia de algún consultor caradura. Coño, es que me jodéis las
Navidades. A ver si pensáis un poquito en los demás.