martes, 26 de diciembre de 2017

El Almendro – Mini Bits

¿No os da como una extraña sensación cuando una marca tradicional hace cosas modernas? ¿El Almendro y Mini Bits deben ir en la misma frase? Analicemos tan fascinante cuestión.


En principio El Almendro no debería cambiar nada, debería ser una tableta de turrón de almendras y santas pascuas. Pero yo entiendo que en la empresa se cuelan todo tipo de caraduras: investigadores de mercado, jóvenes ansiosos por brillar, speakers de TED queriendo aplicar sus fabulosas teorías. Y entonces, claro, el presidente, sólo por que se callen, accede a hacer lo que sea que quieren hacer. Sólo por que se callen.

El resultado son estas convenientes raciones de turrón individuales. Da un poco la misma sensación que esos ancianos que, en vez de estar dormitando en el sillón, hacen surf y escuchan música rock & roll. Por un lado mola pero por otro se pierde el respeto solemne que dan los años.


¡Qué complicado puede llegar a ser saber dónde está el límite del envoltorio y la esencia! ¿Hasta dónde podemos hacer experimentos sin tocar el tuétano de la cuestión? Yo en mis asuntos lo tengo bastante claro, pero en los asuntos de los demás no me gusta meterme. Para poder asesorar a El Almendro debidamente tendría que mancharme de su cultura corporativa durante años. ¿Merece la pena? ¿De verdad necesitamos tanto nuevos formatos de envase de turrón?

Mi forma de ver las cosas es que no merece la pena el esfuerzo. El Almendro puede pasar perfectamente sin hacer absolutamente nada nuevo y los consumidores podemos pasar perfectamente sin estos envases que elevan el consumo de plástico hasta la carcajada. Pero entonces queda la cuestión cenital: un montón de “asesores” y “consultores” se verían abocados a comer huesos de aceitunas.


¿Qué es más importante, mantener un nivel de vida o hacer cosas mínimamente útiles? Según cómo respondas tú a esta pregunta llevarás adelante unas acciones u otras. Si te importa más tu jerseicito mensual que la vergüenza de saber que tus “recomendaciones” son una sarta de patrañas que sólo sueltas para que te aflojen la mosca, tu destino es claro: tú tienes que montarte una farsa y defenderla pase lo que pase.

Sin embargo si a ti te gusta más eso de no tomarle el pelo a nadie tendrás que enfocar las cosas de otra manera. De entrada tienes que deshacerte de esa visión cortoplacista que tu inteligencia de mosquito te sugiere que sigas. Tienes que montar una estructura a largo plazo en un horizonte más allá de una situación económica de emergencia, que por definición es sumamente estacional. No puedes planificar tu vida sobre la piedra angular de la inestabilidad económica.


Evidentemente ahora las estructuras están desarmadas, apenas están empezando a recomponerse. Por tanto ¿cómo esperas ganar mucho dinero en este escenario, hijo? ¿Acaso eres tonto? Lo que tienes que hacer es lo evidente, gastar poco, ahorrar mucho y preparar el armazón de tu vida en arreglo a lo más lejos que seas capaz de ver. Pero claro, si no puedes ver más allá de tus narices te entiendo.

Yo esto te lo digo porque uno va a comerse un honesto cacho de turrón y se encuentra con estos arreglos cosméticos de chichinabo que sólo sirven para justificar la presencia de algún consultor caradura. Coño, es que me jodéis las Navidades. A ver si pensáis un poquito en los demás.