viernes, 8 de diciembre de 2017

Grabbed by the Ghoulies – Xbox

Hoy Rare nos trae un título de divertido nombre. Viene a decir “pillado por los huevos” pero de una forma sutil y simpática.


Rare son los de Donkey Kong Country y Conker´s Bad Fur Day. Donkey Kong si no lo conoces tienes un problema y Conker´s Bad Fur Day fue un videojuego “políticamente incorrecto” que lanzaron para Nintendo 64. Hoy se cotiza muy alto y parece ser que nació de la frustración del estudio por no sé qué asuntos relacionados con los negocios y la creatividad.

Como bien sabes, el arte y los negocios siguen reglas diametralmente opuestas. En los negocios, como en la guerra, todo vale. En el arte pasa al revés, que no todo vale. De hecho, no vale casi nada. ¿Cuentas una mentira? Ya no vale. ¿Te las das de guay? ¡Ya no vale!


El “todo vale” de los negocios está en horas bajas. Los putos podemitas han montado un entramado en el que ya no te dejan matar a nadie si se interpone entre tus objetivos y tú. ¡Anda la osa! ¿Y ahora qué hacemos? Nunca habíamos tenido que seguir regla alguna para esto de los negocios.

Ahora se exigen todo tipo de comportamientos éticos para llegar al éxito. Meterle una bala en la frente al competidor ya no te sirve de nada, porque en vez de eliminar a un rival lo que haces es pasarte unos añitos a la sombra. Y desde la cárcel es mucho más difícil dirigir un imperio, eso lo sabe cualquiera.


¿Se está volviendo esto un coñazo? Pues un poco, no te engañes. La paz trae prosperidad y la prosperidad trae aburrimiento, por eso la tecnología militar en tiempos de paz se recicla en material de entretenimiento. Hay que inventar algo para que la tan esperada paz no nos mate de sopor.

¡Cómo voy a echar de menos la época en la que los neoliberales se la sacaron del todo! El paraíso neoliberal es fantástico, es un mundo de coches y tetas grandes. Puede que no sea muy sostenible, puede que no tenga ningún sentido su existencia, pero ¿de verdad me puedes negar que mola? No creo que puedas.


El paraíso neoliberal es el paraíso de Satán, un mundo en el que las reglas están viradas y todo está al revés. Es Sodoma y Gomorra en un combo definitivo, como una pareja de wrestlers preparándose para ejecutar su golpe demoledor por el que son conocidos en la afición.

Sin embargo ya todos sabemos cómo acaban los wrestlers: hechos mierda, andando con un taca-taca, con cara de ser unos ancianos tan débiles como una ramita seca. Pero ¡ey! ¡Nos han entretenido! Les debemos un respeto, creo. ¿O no? Yo, lo que tú me digas.