jueves, 14 de diciembre de 2017

Los Descendientes 2 – Revista Oficial

¿Está bien Los Descendientes? Pues claro que sí, no hacen revistas oficiales de cosas que no molan, ¿sabes? De verdad, a veces es que en serio que me pareces tonto... Estoy perdiendo la paciencia...


La primera de Los Descendientes tiene una canción principal chulísima: Rotten to the Core. ¡Podrido hasta el tuétano! Los Descendientes habla de los hijos de famosos villanos y, naturalmente, están podridos hasta el tuétano, por eso son villanos.

¿Los malos de la vida real están también podridos hasta el tuétano? Pues claro que sí, si no no serían villanos. Para ser malvado hay que estar jodido por dentro: hay que tener pocos amigos, por ejemplo. Los amigos te tratan bien y si no tienes amigos no tienes a nadie que te trate bien. Por eso estás podrido, porque no tienes amigos.


Además este es un asunto que se retroalimenta: cuantos menos amigos tienes más jodido estás y por tanto menos gente se acerca a ti, con lo que las probabilidades de hacer amigos no sólo no se incrementan sino que decrecen. Un villano tiene que esforzarse mucho para salir de su categoría villanil ya que el viento sopla en su contra.

¿Es esta una manera de vivir? Hombre, es la manera de vivir de mucha gente, eso es evidente. Además si luego Disney te hace una película glorificando a los villanos pues como que la existencia se hace más llevadera. Si Disney te da su aprobado estás como más tranquilo.


De todos modos los villanos suelen ser todos gilipollas. Si uno tiene un mínimo de madurez no se convierte en villano porque supera con relativa facilidad los escollos emocionales a los que nos somete la vida. Si uno se lleva un varapalo se mete en la cama, se come una tarrina de helado y se queda blandito hasta que se le pase, no jura venganza contra la humanidad porque la humanidad le ha hecho mucha pupita sexuarl.

En villanos se convierten los tontos, los gilipuertas, como ocurría en el colegio. Pepito estaba dando todo el día por culo porque no sé qué problemas en casa tenía Pepito. Pues mira, Pepito, te vas a esa esquina hasta que los soluciones porque no queremos que vengas con nosotros más. Eres un chinche, Pepito, y comprende que te expulsemos de la microsociedad del patio del recreo.


Luego en vez de villano uno puede ser un héroe, como es mi caso. Uno puede, como yo, ir por la vida intentando integrar a cada trocito de mierda que la sociedad ha ido expulsando de sí. No te recomiendo mi categoría personal porque te vas a manchar las manos de cacota y te van a dar ganas de vomitar. Deja esos asuntos a los profesionales mientras tengamos ganas de seguir haciéndolo.

Estoy pensando en jubilarme del tema este de ser un héroe, ¿sabes? Creo que he cumplido con creces mi compromiso autocontraído con el mundo, patético. Es hora de que me dedique a mi. ¿Hay algo más sexy que un héroe que se retira con una sonrisa medio esbozada en los labios? No lo hay, nena. No lo busques, que no lo hay.