¡Uuuuuuh, Tesis! ¡Cómo nos moló
Tesis! Salimos del cine todo locos, con eso de las snuff movies. Qué
cosa tan underground traída al mainstream, así, de repente.
Conseguir esta pieza no ha sido fácil,
no sé por qué no se ven más copias de esta peli. Os interesará
saber que la reina de las cintas patrias raras es Airbag, peli por la
que piden un buen pico si la queréis pillar de segunda mano. Yo,
como para gilipolleces tampoco estoy, prefiero tirar de recuerdos,
que para eso la vi muchas veces.
Las siguientes de Amenábar no me
gustaron mucho, aunque gracias a Tesis aguanté hasta Los Otros. Con
Ágora ya me bajé del tren porque el cartel parecía que sugería
que iba como de vestales griegas. ¡Joder, Alejandro! Viendo lo de la
lotería el próximo paso es hacer una de Pin y Pon de imagen real.
La gestión del talento es una lección
como superpendiente en España. Si a un chaval le animas demasiado
pronto se va a tirar a “sus cositas” demasiado rápido y si nos
descuidamos podemos tragarnos todo el imaginario homo de un director
de un plumazo. Con el pobre Paco León han hecho lo mismo y ya nos
han endiñado Kiki.
Lo que pasa es que en España el
talento se ve como una rara avis, que de rara todo el mundo la quiere
atrapar y clavarla en un corcho como a una pobre mariposa. La rodean
de muchos medios, eso sí, pero la pobre mariposa ahí sigue clavada.
Si eres un joven talentoso y te pones a
mis despiadadas órdenes verás que en realidad tampoco te voy a
hacer mucho caso. ¿Qué quieres? ¿A un profesor de Fama? ¿Qué te
voy a decir yo a ti que tú no sepas?
Te pondré un Whatsapp de vez en cuando
a ver qué tal te va. ¿Qué tal te va, fiera? Y me contarás que
estás rodeado de gilipollas y un montón de cosas propias de chico
así de talento y eso. Y yo te contestaré “¡Pues muy bien!
¡Aguanta ahí! ¡Hala, hablamos!”. Y ahí te dejaré.
A un chaval de talento lo que le viene
bien es desarrollar el talento, no glorificarle para que yo pueda
vender mis cuatro tonterías que tengo para vender. Glorificar a un
chaval como a un principito le va a hacer mucho mal, si no fíjate lo
que nos ha pasado con los millennials. Nos pensamos que la clave era
hacer lo contrario de lo que hacía Franco y así nos ha ido.
Pues no, a un chaval de talento hay que
acompañarle en su autodescubrimiento con mucho didactismo y firmeza
positiva. Lo demás son cosas como de país paleto. Si le das todos
los caprichos te sale Cristiano Ronaldo, y luego lo aguantas tú, que
yo ni loco.