viernes, 1 de diciembre de 2017

Panzer Dragoon Orta

Panzer Dragoon es el típico juego con mucho estilo. Si queréis quedar de finos en el mundo de los videojuegos tenéis que adorar dos géneros: el shoot´em up y el shooter sobre raíles.


El shoot´em up es el género más exquisito por representar la pureza máxima de los videojuegos: una navecita disparando a otras navecitas. Su grandeza nace de su sencillez, que de un concepto tan fácil se puedan hacer cosas tan vistosas como los danmakus.

El shooter sobre raíles tiene su punto fuerte en que aparentemente es algo muy cutre pero luego, a la postre, no lo es. No ser libre para moverte por las fases augura algo de baja calidad pero curiosamente es un género muy divertido y artísticamente rico. Lo bello del shooter sobre raíles es que parece poco pero luego es más de lo que creías.


La publicidad, la promoción y el marketing en general podrían aprender muchas buenas cosas de los shooters sobre raíles. La publicidad, la promoción y el marketing en general cometen el feísimo error de vestir de seda a monas. ¿No es eso de muy mal gusto? ¿No es muy decepcionante abrir un regalo con un envoltorio muy bonito y que al final sea una horma para zapatos? Qué horror.

Si no quieren aprender de los shooters sobre raíles pueden aprender de Jesús, si les encaja mejor: Jesús decía que si te invitan a una boda ocupes los últimos bancos en vez de los primeros. Si ocupas los últimos bancos el novio te dirá “¡Pero qué haces ahí atrás, amigo! ¡Ven aquí delante con nosotros!” y quedarás chupi.


Sin embargo si te sientas en los primeros el novio te dirá “¿Pero tú quién coño eres? Lárgate de aquí, arrimado, que estos asientos son para familiares y amigos” y quedarás de puta pena. Todos los invitados te mirarán y murmurarán que ahí va el imbécil que quería hacerse el importante pero en realidad es un puto mierda.

¿Contradice el mensaje de Jesús todo el argumentario de la publicidad? No necesariamente. Contradice, sin duda, el argumentario de la publicidad barata, burda, paleta, sin clase. Contradice al que saca pecho y luego es un cagadillo. Contradice al que hace como que lee la Vogue pero por dentro suspira por leerse el Marca, que le gusta mucho más.


Sin embargo si dices de ti mismo que tampoco eres así la leche y luego eres un poco la leche quedas bien. Eso mola, es de tío guay. Puedes decir que con un solo bote de esta pintura puedes pintar el Taj Mahal, porque es una exageración tan exacerbada que no puede ser verdad. Vas de chulo pero de manera tan evidente que tiene gracia. Eso también es de tío guay.

En la época del hype el mensaje de Jesús ha quedado un poco de lado porque todo el mundo quería agarrarse al paupérrimo juego que la Crisis dejó en pie. Nadie se atrevía a ir de humilde por si le echaban del cotarro. Pues muy mal, niños. ¿Veis como sois unos matados?