Panzer Dragoon es el típico juego con
mucho estilo. Si queréis quedar de finos en el mundo de los
videojuegos tenéis que adorar dos géneros: el shoot´em up y el
shooter sobre raíles.
El shoot´em up es el género más
exquisito por representar la pureza máxima de los videojuegos: una
navecita disparando a otras navecitas. Su grandeza nace de su
sencillez, que de un concepto tan fácil se puedan hacer cosas tan
vistosas como los danmakus.
El shooter sobre raíles tiene su punto
fuerte en que aparentemente es algo muy cutre pero luego, a la
postre, no lo es. No ser libre para moverte por las fases augura algo
de baja calidad pero curiosamente es un género muy divertido y
artísticamente rico. Lo bello del shooter sobre raíles es que
parece poco pero luego es más de lo que creías.
La publicidad, la promoción y el
marketing en general podrían aprender muchas buenas cosas de los
shooters sobre raíles. La publicidad, la promoción y el marketing
en general cometen el feísimo error de vestir de seda a monas. ¿No
es eso de muy mal gusto? ¿No es muy decepcionante abrir un regalo
con un envoltorio muy bonito y que al final sea una horma para
zapatos? Qué horror.
Si no quieren aprender de los shooters
sobre raíles pueden aprender de Jesús, si les encaja mejor: Jesús
decía que si te invitan a una boda ocupes los últimos bancos en vez
de los primeros. Si ocupas los últimos bancos el novio te dirá
“¡Pero qué haces ahí atrás, amigo! ¡Ven aquí delante con
nosotros!” y quedarás chupi.
Sin embargo si te sientas en los
primeros el novio te dirá “¿Pero tú quién coño eres? Lárgate
de aquí, arrimado, que estos asientos son para familiares y amigos”
y quedarás de puta pena. Todos los invitados te mirarán y
murmurarán que ahí va el imbécil que quería hacerse el importante
pero en realidad es un puto mierda.
¿Contradice el mensaje de Jesús todo
el argumentario de la publicidad? No necesariamente. Contradice, sin
duda, el argumentario de la publicidad barata, burda, paleta, sin
clase. Contradice al que saca pecho y luego es un cagadillo.
Contradice al que hace como que lee la Vogue pero por dentro suspira
por leerse el Marca, que le gusta mucho más.
Sin embargo si dices de ti mismo que
tampoco eres así la leche y luego eres un poco la leche quedas bien.
Eso mola, es de tío guay. Puedes decir que con un solo bote de esta
pintura puedes pintar el Taj Mahal, porque es una exageración tan
exacerbada que no puede ser verdad. Vas de chulo pero de manera tan
evidente que tiene gracia. Eso también es de tío guay.
En la época del hype el mensaje de
Jesús ha quedado un poco de lado porque todo el mundo quería
agarrarse al paupérrimo juego que la Crisis dejó en pie. Nadie se
atrevía a ir de humilde por si le echaban del cotarro. Pues muy mal,
niños. ¿Veis como sois unos matados?