Microsoft Studios está muy bien. No
sé, hacen Halo, hacen Crackdown, hacen Fable... Eeeeeh vale, Fable
no. Fable es una mierda. No sé a qué viene tanto revuelo con Fable.
Crackdown es un juego de mundo abierto
en el que eres un policía en una ciudad de esas que se han jodido
bien en el futuro por las bandas callejeras, la corrupción
generalizada, etc, etc. Y tú tienes que realizar misiones y matar a
la peña. Guay.
Este juego podría ser una mierda, pero
no lo es. El motivo por el que para mi no es una mierda es porque
puedes desarrollar al personaje cuando consigues puntos. Así según
avanzas cada vez saltas más, cada vez disparas más fuerte y otros
cuantos parámetros de los que no me acuerdo.
Para mi esto es Crackdown. Entra en la
categoría de “Juegos que me he acabado” y aquí no entra
cualquiera. Yo no soy el típico loco que hasta que no se pasa un
juego y no se saca todos los logros no para. Yo soy el típico tío
normal que si le gusta un juego juega y si no le gusta no. Ya ves qué
especialito soy.
Si me he acabado Crackdown 2 algo
tiene, te lo puedo asegurar. Y no me lo he acabado ahí haciendo
esfuerzos, sino disfrutando hasta el final. Deseando llegar a casa
para jugar. O sea, una sensación muy “aquellos motivos por lo que
amamos las consolas”.
Como a Microsoft lo asocio con El Mal
se me hace raro que haga juegos que me gusten. Pero tengo que
reconocer que Halo 3 y este me los he ventilado con mucha felicidad,
así que no sé, quizás Microsoft Studios estén un poco al margen
de la Microsoft nuclear. O puede que yo tenga prejuicios. Qué sé
yo.
Cuando ves a Steve Ballmer no puedes
creer que ese hombre tenga un puesto ejecutivo como el que tiene. Es
un gorila, tiene esas miradas bovinas de nuestros antepasados. La
explicación que se me ocurre para que ese tío esté (o estuviera,
que no sé si está ya) en la cúspide de Microsoft es el síndrome
Bart-Milhouse o Sergio Ramos-Özil. Al lado de cada nerd tiene que
haber un bully. Para mangonearle, claro está, pero también para
hacer el trabajo de matón que él no sabe hacer. Sin este tipo me
temo que Bill Gates jamás sería capaz de explicar a sus accionistas
lo que les quiere explicar, porque él es un hombre de ciencia y no
un conferenciante. Bueno, después de ver Los Piratas de Silicon
Valley uno ya no sabe si Bill Gates es un hombre de ciencia o un
mercachifle barato. Después de ver la última de Steve Jobs no sabes
si Steve Jobs era un genio o la quintaesencia del espionaje
industrial. Por favor, que alguien venga a aclararnos de una vez
quiénes son los buenos y quiénes los malos. Os lo suplico.
Así que, bueno, Steve Ballmer aparte,
Bill Gates aparte, Steve Jobs aparte, toda la industria aparte, todo
el mundo aparte, Crackdown 2 es un juego al que me enganché mucho y
eso es bueno. No porque lo haya hecho esta o aquella persona sino
porque me enganchó. Y ya está, tampoco tiene que ser aquí esto una
gran lección por post.