Akira Toriyama es el que diseña los
personajes de la saga Dragon Quest, así que siempre tendrá un lugar
en mi corazón. No te creas que soy yo muy Dragon Quest, este es el
único al que he jugado, pero no me extraña que tenga tantos
seguidores.
Parece ser que los personajes se
repiten en varias entregas distintas. En principio pensaba que era en
plan Final Fantasy que cada uno era de su padre y de su madre, pero
no, creo que se repiten. O al menos los principales. Me parece guay
porque molan mucho todos. Tienen mucha alma los dibujos y les coges
cariño en cero coma. ¡Qué talento tiene el Toriyama!
Al menos este, es un juego de rol Como
Dios Quiso Que Fueran Los Juegos De Rol, esto es, vistos desde arriba
y sin saber cuándo te va a aparecer un monstruo. Old school a saco,
a mi por lo menos en este juego me ha molado.
Mi primer juego de rol fue Miracle
Warriors en Master System y, aparte de que en ese no se veía a tus
personajes moverse por el mundo sino que era un cuadrado lo que se
movía, todo sigue igual. Muy bien. Los Levi´s no pasan de moda.
La historia me ha gustado y he llegado
a momentos de flipez de sobresaliente, sin bajar nunca del notable.
Ya sabes, te metes en la historia, te implicas en lo que está
pasando... Creo que en las novelas pasa lo mismo si tienes la santa
paciencia de leer. Yo no la tengo.
La putada es, como siempre en mi caso,
que me llego al puto monstruo final, un cerdo como tocho, si mal no
recuerdo, y que no lo mato. Y que no lo mato. Y vuelta a intentarlo.
Y a deambular por el mundo buscando más puntos de experiencia. Y
vuelta al puto cerdo. Y que nada. Y claro, apagas la consola ya
frustrado.
Al día siguiente la vas a coger y,
joder, te llegan los recuerdos punzantes del día anterior. Y como yo
masoquista sólo lo soy para lo que quiero, pues paso de poner el
puto juego, lo dejo hasta el día siguiente. Pero ese día me pasa lo
mismo y paso de jugar otra vez. Así que el juego queda apartado por
meses.
Superado ya el dolor tan aguijoneante,
lo pones otra vez. Pero ya no te acuerdas dónde estaba el puto
monstruo. Y ponte tú a buscarlo ahora. Y mientras lo buscas te
aparecen más enemigos. Y tú sólo quieres avanzar. Pero, joder,
tampoco vas a perder la tarde buscando al puto cerdo, que sabe Dios
dónde estará ahora. Y lo vuelves a apagar.
Así que Dragon Quest: Capítulos de
los Elegidos pasará a engrosar las enormes filas de los juegos que
me estuve a punto de acabar y no me acabé. Jode un poquito, pero
bueno, ya te digo yo que jode más quemarse la mano con la
vitrocerámica.