viernes, 29 de julio de 2016

Dragon Quest: Capítulos de los Elegidos

Akira Toriyama es el que diseña los personajes de la saga Dragon Quest, así que siempre tendrá un lugar en mi corazón. No te creas que soy yo muy Dragon Quest, este es el único al que he jugado, pero no me extraña que tenga tantos seguidores.


Parece ser que los personajes se repiten en varias entregas distintas. En principio pensaba que era en plan Final Fantasy que cada uno era de su padre y de su madre, pero no, creo que se repiten. O al menos los principales. Me parece guay porque molan mucho todos. Tienen mucha alma los dibujos y les coges cariño en cero coma. ¡Qué talento tiene el Toriyama!

Al menos este, es un juego de rol Como Dios Quiso Que Fueran Los Juegos De Rol, esto es, vistos desde arriba y sin saber cuándo te va a aparecer un monstruo. Old school a saco, a mi por lo menos en este juego me ha molado.

Mi primer juego de rol fue Miracle Warriors en Master System y, aparte de que en ese no se veía a tus personajes moverse por el mundo sino que era un cuadrado lo que se movía, todo sigue igual. Muy bien. Los Levi´s no pasan de moda.


La historia me ha gustado y he llegado a momentos de flipez de sobresaliente, sin bajar nunca del notable. Ya sabes, te metes en la historia, te implicas en lo que está pasando... Creo que en las novelas pasa lo mismo si tienes la santa paciencia de leer. Yo no la tengo.

La putada es, como siempre en mi caso, que me llego al puto monstruo final, un cerdo como tocho, si mal no recuerdo, y que no lo mato. Y que no lo mato. Y vuelta a intentarlo. Y a deambular por el mundo buscando más puntos de experiencia. Y vuelta al puto cerdo. Y que nada. Y claro, apagas la consola ya frustrado.

Al día siguiente la vas a coger y, joder, te llegan los recuerdos punzantes del día anterior. Y como yo masoquista sólo lo soy para lo que quiero, pues paso de poner el puto juego, lo dejo hasta el día siguiente. Pero ese día me pasa lo mismo y paso de jugar otra vez. Así que el juego queda apartado por meses.


Superado ya el dolor tan aguijoneante, lo pones otra vez. Pero ya no te acuerdas dónde estaba el puto monstruo. Y ponte tú a buscarlo ahora. Y mientras lo buscas te aparecen más enemigos. Y tú sólo quieres avanzar. Pero, joder, tampoco vas a perder la tarde buscando al puto cerdo, que sabe Dios dónde estará ahora. Y lo vuelves a apagar.

Así que Dragon Quest: Capítulos de los Elegidos pasará a engrosar las enormes filas de los juegos que me estuve a punto de acabar y no me acabé. Jode un poquito, pero bueno, ya te digo yo que jode más quemarse la mano con la vitrocerámica.