viernes, 29 de julio de 2016

Resident Evil 4 Wii Edition

Si necesitas algo de que hablar puedes coger Resident Evil 4 y casi con toda la probabilidad no te vas a equivocar.


Resident Evil 4 Wii Edition es ese socio de pasta que te interesa tener. Si estás cansado puedes no hacer tu trabajo, porque a tu putita ricachona le da igual 1.000 euros más que 1.000 euros menos. Va a seguir igual, esa no es su cuestión.

RE4 es lo mismo. Da igual lo que yo escriba sobre él, puede que no me apetezca nada y prefiera pasar la noche tirándome sonoros pedos y olisqueando para detectar cada buqué. Puedo hablar en su review sobre el sutil placer de tirarse cuescos caldosos y notar como su presencia se hace omni, rodeándote, meciéndote mientras esbozas una sonrisa infantil. RE4 lo va a aguantar, ni se inmuta. Su calidad sobrepasa estilos de presentación.

Resident Evil 4 se desarrolla en España, o sea, que eso del olor a pedos a su alrededor no es algo que le pille de nuevas. Si masticase una cabeza de ajo, como si de chicle se tratare, sería lo mismo. Yo diría que se desarrolla en el norte, por el ambiente brumoso. También podría llevarlo de visita a mi pueblo, porque estaría acostumbrado a las frases típicas de los aldeanos como “¡Un extranjero!”, “¡Basta, hijo de puta!”, “¡Cabrón!” o “¡Agárrenlo!”. Los enemigos de RE4 son los habitantes de mi pueblo y hablan igual. RE4 es un Panda todoterreno, lo aguanta todo. No tiene problemas con absolutamente nada.


Tal mili hace de RE4 el protoarcade de aventuras, uno que yo diría que es imposible que no te satisfaga. Siempre vas a poder recurrir a él cuando te des cuenta de que los demás sólo están a su sombra. Da igual cuántas veces lo juegue, el loco de la sierra con un saco en la cabeza te va a acojonar siempre como el primer día. El mercader de objetos siempre te va a hacer gracia cuando te pregunte “What are you buying?” ó “What are you selling?”

¿Es RE4 la bestia de los videojuegos, el berserker que mandó Dios para poner orden en su obra? Muy probablemente. RE4 no tiene fallos, no tiene aristas, ni grietas, ni puntadas sin cerrar. No tiene ese punto débil al que se agarra el crítico. Es ese juego que llegó y venció, porque esa y no otra es su naturaleza.

Y luego que esta es la edición de Wii, que te permite apuntar con el Wiimote a la pantalla, elevando la acción en vez de rebajarla sólo porque es de Wii y, ya sabes, si sacas algo en Wii tienes que sacar partido de sus características. Es un juego que parece nativo de Wii aunque sea de Game Cube. Vamos, que además de ser inaplastable se permite hacer cabriolas.

Os dejo la noche de viernes con eso que teníais que estar haciendo en vez de emponzoñar vuestros hígados con el enésimo gin tonic, el brebaje hipster que en tan mequetrefe ha convertido al ocio nocturno. RE4 bebe barro y come tierra. Nada de gin tonics.