viernes, 29 de julio de 2016

Top Spin 4

Top Spin 4 es un juego de tenis muy bueno. Un simulador, más bien. Hago una distinción porque el otro juego de tenis que tengo es Virtua Tennis 2009 y ese es más arcade. Más Sega. Algún día tendré que hablar de la lisérgica sensación adolescente que produce Sega.


A Top Spin lo juego en Modo Carrera, no como el Virtua Tennis, que me echo unas partiditas de vez en cuando. Me he creado un tenista que es una especie de patriarca gitano educado en Oxford, Cambridge y La Sorbona. Y con un estilo basado en acercarme cada vez más a la red hasta que no puedas contener mis smash voy avanzando, poquito a poco, en la dura profesión del tenista profesional.


Como soy meticuloso, voy ganando torneos menores que, aunque poca, siempre me dan puntuación en el ranking mundial, en el que no tengo prisa por subir. Prefiero que mi letrado gitano vaya desarrollando masa muscular poco a poco de manera incesante hasta que ganarle partidos a los Nadal y Federer de turno sea algo natural. Algo en lo que no me tenga que esforzar.

En Top Spin pongo en práctica las lecciones aprendidas en La Liebre y la Tortuga.

¿Qué clase de fábulas leerían de pequeños los adictos al pelotazo que pueblan el mundo hoy en día? ¿En cuál enseñaban que hay que hacer las cosas rápido y sin cuidado en vez de despacio y bien? Esa me la perdí. Pero me temo que las que leí eran las buenas.

Mis delgaditos rivales no pueden hacer nada ante la masa calé que se les acerca cada vez más a hacerles tragar la pelota, como Guardiola y Mourinho no pudieron hacer nada ante El Cholo Simeone. Puede que Simeone vista como un siciliano, pero si no quieres tragarte su polla más vale que le pegues bien fuerte.

Y así, paso a paso, voy haciéndome el amo del juego, del Top Spin. Si algo he aprendido de mi etapa conspiranoica es que los trabajos bien hechos son como la gota de agua en la frente del traidor chino: constante hasta que el nota pierda la cabeza.


Los videojuegos hace mucho tiempo que dejaron de ser un entretenimiento para los viernes por la tarde. Ahora nos proyectamos en ellos, son nuestro libro de texto, nuestro simulador de la vida real. Son la Sala de Peligro en la que los X-Men nos preparamos concienzudamente para cuando ataque Magneto.

Por eso me encantaría retar a los mejores entrenadores del mundo a batirse contra mi. Si logro todos los objetivos de mi vida me gustaría dedicarme a eso. Coger a Mourinho, a Guardiola, al Cholo, a Ranieri, a Ancelotti, a Capello, a Luis Enrique, a Del Bosque, a Benítez, a Klopp y a Van Gaal y decirles a la cara que les reto. Que yo soy mejor que ellos. A ver qué me dicen.

Les aplastaría como un dinosaurio aplasta a un gusanito.