El cine de animación me gusta, ya
sabes, aunque sea adulto. Esto hoy en día los hipsters lo dicen
sacando pecho, como si fuera un logro. Bueno, lo es, pero en el 2016
ya tendrías que haber digerido ese logro como para presumir tanto.
Lo que me hace pensar que para ti es un logro reciente, lo que
desacredita ante mi.
No soy un dictador, sólo un tipo un
poco más inteligente.
Me viene ahora a la cabeza la nueva de
Zipi y Zape anunciada en marquesinas estos días. Amigos míos, niños
ansiando ser tan molones como yo, hoy os voy a regalar una de esas
pequeñas piedras preciosas que a mi me sobran pero que a vosotros os
hacen tanta, tanta falta. La mejor película española de los últimos
años es Las Aventuras de Zipi y Zape. Con esa producción, ante la
que quedé asombrado, el cine español da un paso de gigante hacia el
cine como se concibe en los grandes estudios y sin perder la
identidad patria. Esto es, la única manera correcta de hacerlo en
España. Aunque esté feo decirlo, las personas como Vigalondo que
simplemente hacen un cine basado en las ma-ra-vi-llo-sas tardes que
pasaron viendo VHS de Los Goonies, lo cierto es que, visto desde
fuera, sólo es un español que intenta hacer películas como las
americanas. Y eso para la industria no es más que un mosquito. Es
como un zapatero que se dedica a hacer zapatillas de deporte iguales
a las Converse. Hombre, tiene encanto, pero te pillas unas Converse
de verdad.
En Las Aventuras de Zipi y Zape hay un
concepto duro, fuerte, profesionalmente desarrollado y con una
historia divertida vistiéndolo. Lo mismo que Los Vengadores pero con
Zipi y Zape. Por eso digo que es la mejor película española de los
últimos años.
Hablo de Zipi y Zape porque es una
película para niños como Tadeo y, bueno, me he acordado. Pero vamos
con Tadeo.
Las Aventuras de Tadeo Jones es una
película a la que yo le daría un 7. Oye, ojo, un siete. Con un
siete tu madre te compraba un plumier nuevo, para que sigas
estudiando bien.
Tadeo Jones me parece que tiene un
fallo “como muy español”: los españoles siempre recurrimos a la
parodia en nuestras grandes obras de entretenimiento. Superlópez es
una parodia de Superman, Mortadelo y Filemón de las películas de
agentes secretos sofisticados y Las Aventuras de Tadeo Jones de
Indiana Jones. Me da mucha pena que España no consiga dar con una
identidad suficientemente potente por sí misma sin recurrir a lo que
han hecho otros. Por eso Tadeo Jones, aunque me parece encantadora,
de calidad y divertida, me raya un poco por eso.
Luego hay algunos chistes que me rayan
también, pero también porque aquí a lo que se hace aquí lo
miramos con lupa, por envidia.
¿Qué cosas de animación me parece
que tienen esa enjundia como para ir enseñándolas por el mundo?
Bueno, Pocoyó, pero con esto no te descubro nada, para eso no tienes
que entrar aquí. Echaré una sota de copas y te hablaré de Jelly
Jamm, una serie que tengo vista en Clan (de madrugada a las mil y
pico, no te vayas a pensar) que pienso que puede tener esa entidad
como para que la vean en el extranjero. Además tiene banda sonora de
La Casa Azul, con lo que, chico, deberías arrodillarte.
Tampoco te creas que estoy
a-tope-con-la-animación-española, me gusta saber cómo está “el
estado de la cuestión” y conozco un poco lo que puede conocer todo
el mundo. Pero diablos, eso no significa que no me guste.
¿Estará bien Atrapa la Bandera? Tiene
pinta de ser mejor que Tadeo Jones, pero los niños protagonistas me
parecen un pelín Poochies para mi. Tienen unas miradas demasiado
sharp, demasiado inteligentes e intrépidas, de forma artificial. Y
por eso Atrapa la Bandera está bajo mi Espada de Damocles sin
haberla visto.
Y nada, Tadeo Jones.