¡Cuánta injusticia! ¡Cuánta hiel ha
tenido que aguantar esta película! Pero ese es el destino de los
grandes. El acero afila el acero y así es cómo se consiguen las
cosas eternas, a prueba de bombas.
No, yo no comparto que esta película
sea una afrenta a los Super Mario Brothers. Tengo que decir que si a
mi me dieran una franquicia tan informe como lo era Super Mario Bros
en 1990 no haría algo fiel al concepto, más que nada porque no
existe concepto al que serle fiel. Por aquel entonces sólo se había
llegado a Super Mario Bros 3 y de aquello no se podía sacar una
película de Hollywood. Vamos, no se puede hoy en día, imagínate
entonces.
Super Mario Bros es una película que
interpreta un esbozo de idea. Bastante brillante me parece el
universo que se sacaron de la manga como para meterse con él. ¿Qué
esperabas? ¿Una película de animación en la que Mario y Luigi
tuvieran que rescatar a Peach, otrora Toadstool? Tío, para eso
estaban los dibujos del sábado por la mañana. En Hollywood hacemos
las cosas de otra manera.
Redujeron el concepto Super Mario Bros
a la más mínima expresión y desde ahí construyeron una nueva
ejecución completamente distinta a lo que ofrecían los videojuegos.
Pues claro. Así es cómo se hace. Pero la esencia está,
microscópica, como la punta de un rayo láser. Minúscula pero
potentísima.
De hecho, seguro que fue así porque de
eso es de lo que va la película. De reducir organismos evolucionados
a su mínima expresión. Es evidente que el guionista nos da pistas
sobre lo que tenía en la cabeza.
Si alguna vez te has colocado ante una
página en blanco sabrás que este es uno de los ejercicios más
difíciles que se pueden hacer, si no el más. Llegar a un concepto
puro y sin fisuras es difícil, pero destilar una obra hasta llegar a
él y luego reconstruir otra es la polla. Es a lo que aspira gente
como Charlie Kaufman, empecinado en la pureza, en lo exquisito, en el
más difícil todavía.
También entiendo que estas cosas son
para los estudiosos de la materia, no para ir a comer palomitas. Yo me
deleito en estos asuntos, pero entiendo que tú quieras comer
chocolate y engordar. Vamos, no sabes lo perfectamente que lo
entiendo.
Por eso esta pieza de mi colección es
tan brillante. Vamos, no es que sea brillante, es que rezuma
vibraciones de exquisitez, es la antena de telefonía móvil que te
programa el cerebro para actuar de forma correcta. Emite el código
que en su interior lleva cifrada la clave de un mundo superior.
O sea, que mira lo que me gusta a mi
esta película.