Como tú, estoy enganchado a Wallapop.
Divago por él buscando mis cacharritos, mis juegos de Game Boy a
menos de 5 pavos (se me hace como facilón comprarlos por más), mis
rollos de papel de la Game Boy Printer (qué ganas tengo de hacerme
con una).
Pero a veces, aunque yo vaya a lo mío,
en la pantalla de inicio aparecen cosas que me llaman la atención.
Hoy he visto como un sofá desnudo, con los espumillones del
reposaculos y el respaldo sin la funda y cuatro tablas haciendo de
armazón. Oye, tenía su cosa. He entrado a mirar y he descubierto
Kikea Palets.
Kikea Palets se dedica a hacerte con
cuatro palés una cama, un sofá, una silla, una jardinera o
cualquier cosa así como para el hogar. Una excelente manera de
montarte tu primer pisito por cuatro duros mal contados.
Aparte de que los productos que ofrece
son sencillos y molan (ni barnizado ni fundas ni hostias, eso hazlo
tú, así te diviertes) lo guay es que Kike A. se ha marcado una
“empresa personal” que no puede sino romper los molonómetros.
Pon que se llame Enrique Álvarez. En
casa le llaman Quique, pues Quique. Y como él es de calle lo
escribe Kike, con K, que todos sabemos que mola mucho más. Y
juntándolo con la inicial del apellido queda Kikea. Qué feliz
coincidencia que se parezca tanto a la empresa sueca de muebles
cuando eres un chico que ha tenido la feliz idea de montar sofás con
palets, ¿no? La casualidad es sierva de los grandes.
Total, mi querido amigo emprendedor,
que tanto emprendes, que en tu honor tantas campañas hace Bankia: he
aquí un ejemplo de lo que tienes que hacer tú. No se trata de pedir
muchos créditos ni de quejarse porque “no hay dinero”. Kike A.,
con, me temo, las vueltas del supermercado, ha montado una cosa que
mola muchííííííííííííííííííííísimo más que esa
enésima hamburguesería vegana que tú tantas ganas tienes de
montar.
Ya ves que Kike A. no ha alquilado un
local en Conde Duque, ni siquiera está pagando un duro por un
dominio web. El tronco ha hecho unas fotos a los sofás guapos que se
monta en kel y los ha colgado en Wallapop, que es gratis, al menos
hasta hoy. Y como donde hay talento no vale la macroeconomía, se ha
cascado un logo de Ikea reemplazando la millonaria marca sueca por el
suyo propio. Un Che Guevara. Ese hijo que todas deberíais querer
tener.
Hoy rendimos homenaje a Kike A., ese
montador de sofás anónimo que a golpe de brillantez y de escasez de
complejos te hace una cama por 35 pavos que te follas a tu novia
hasta que se le pongan los ojos en blanco.