lunes, 25 de julio de 2016

El Juego de Ender

Como bien sabéis, la molonidad soy yo. Yo soy el principio y el fin de la molonidad, el alfa y el omega. No hay nada más allá de mi, el original soy yo. Así que siento que el mejor servicio que os puedo hacer, pobres criaturas, es tener a bien deciros qué hago yo para que así vosotros no os sintáis tan perdidos en vuestras vidas circulares.


Una película que tiene muy enganchada a la molonidad (es decir, a mi) últimamente es El Juego de Ender. Nunca oí nada sobre el estreno de esta peli, tuve noticia de ella directamente en televisión. La vi una vez ya empezada en una de estas “La película de la semana” que hay y me gustó. Tuve la suerte luego de encontrarla en el Movistar+ (el VHS de nuestros tiempos), la vi entera y me encantó. El último paso fue encontrarla en Cex en DVD y añadirla a mi colección personal, la más importante del mundo.

Creo que está basada en un libro para adolescentes, de esos que te aseveran que, aunque parezcas raro, eres tan sólo el patito feo que se convertirá en un cisne majestuoso cualquier día de estos. Me atrevería a decir que el 95% del entretenimiento válido para el mercado juvenil de los últimos tiempos contiene dentro este insight.

Lo bueno de esta peli es que para contarte eso en vez de recurrir a un puto pato recurre a batallas espaciales por la supervivencia de la población de la Tierra, lo cual es, evidentemente, muchísimo mejor. Por alguna razón nuestros ancestros preferían patos y esas cosas a las naves espaciales, porque todas las fábulas tienen animales como protagonistas o gente en un mundo entre medio mágico y medieval. ¿No pensaban los antiguos que las fábulas podían ocurrir en el futuro? ¿Tan poca capacidad de proyección tenían? ¿Qué tipo de vida es esa? Menuda depresión, por Dios.


Ender es el tercero de tres hermanos, aúna el carácter despiadado de su hermano mayor con el carácter profundamente compasivo de la hermana mediana. Por eso es evidente que es el líder que la Tierra necesita para detener a los Insectores.

Además, Ender es uno de esos niños que hay ahora, criado entre videojuegos, lo que hace que sus capacidades estratégicas sean muy superiores a las de los adultos, además de mucho más creativas. En esta peli los adultos admiten su inferioridad y recurren a los niños para salvar la Tierra, lo que no ocurre en nuestro tiempo. ¿Creéis que Rajoy tiene la humildad y la sensatez de pedirle a Pablo Iglesias que sea él el que solucione los problemas que acucian a España, ya que le supera en todos los aspectos? No, prefiere enfurruñarse y atrincherarse metiéndose los dedos en las orejas y repitiendo muchas veces “yo soy mejor que él”, como si eso, mágicamente, lo fuera a convertir en verdad.

Por tanto, vemos que el mundo de El Juego de Ender es creíblemente futurista, ya que la humanidad está más emocionalmente avanzada que la actual.

Básicamente esta es la película. Luego pasan cosas y termina. Pero la clave es esta. No digáis que no os lo advertí, pequeños.

Hala. Buen provecho.