¿Para qué comernos la cabeza
rebuscando entre la basura cuando tenemos Left 4 Dead 2? L4D2
funciona como un reloj suizo, no en vano está hecho por Valve, los
cerebritos del mundo de los videojuegos. Si quieres precisión
milimétrica, compra Valve.
A mi los motores gráficos me gustan o
no por las sensaciones que me transmiten. Entiendo que para las
personas que son un pedazo de yeso las cifras sean lo único
importante porque no pueden percibir otra cosa, pero para los que
estamos un pelín más evolucionados que la media estas son las cosas
que realmente importan. Por eso el motor creado por Valve, Source, a
pesar de ser el menos potente del mercado, para mi es el mejor.
Siento que es el más limpio de todos y, por tanto, el más honesto.
Probablemente leyendo el código con el que está programado esto
quede claro, pero yo no sé leer código. Me basta mi nariz.
L4D2 nos presenta los mismos
acontecimientos que su predecesor pero situados en otro punto del
país, más al sur. Como por los pantanos de Florida y por ahí. Los
personajes también cambian, son otro grupo de cuatro supervivientes
que se han quedado atrapados en medio del apocalipsis zombie. ¿Molan
más que los primeros? Mmmmm me voy a atrever a decir que sí. Con
Coach, el negro gordote, y Ellis, el encantador paletillo, me
sostengo para hacerlo.
En esta parte también hay más armas,
aunque la estructura sigue intacta: hay armas que disparan más
rápido pero infligen menos daño, otras que les pasa al revés y los
rifles de francotirador. Dentro de ese esquema hay más variedad,
pero es el mismo que el de la primera parte. También ha aumentado el
número de enemigos especiales, aunque en este caso no estoy tan
satisfecho. Molan, pero no me molan que te cagas.
L4D2 es menos oscuro que el primero,
pero eso, aunque en un argumento zombie pueda parecer una cagada, en
la práctica no lo es tanto. De hecho, plantear un apocalipsis zombie
a plena luz del día ofrece unas sensaciones muy interesantes, como
que el hecho de que haga sol no hace que el pánico disminuya.
Curioso. Curioso y bien visto.
El ambiente sureño estadounidense,
cajún, siempre ha sido muy delicioso. Gámbito procedía de esa
zona, igual que aquel restaurante de Malasaña que no sé si seguirá
donde te servían los famosos tomates verdes fritos. El rollo paleto
mezclado con el calor pegajoso es como muy guay. Es horripilante pero
a la vez te gusta. Cómo somos las personas. Nos gusta más jugar en
el barro que ir al baile de palacio. Pues normal. Son los habitantes
de palacio los que están deseando bajar al barro.
¿No eres bueno a L4D? Tío, entonces
estás más jodido de lo que yo pensaba. Matar zombies es el abc de
las cualidades que hoy en día exigen las empresas. Si en tu
curriculum no pone que como poco te defiendes jugando a L4D tus
oportunidades para ser el candidato elegido quedan muy, muy
reducidas. El mundo actual exige saber tratar con los zombies, no
ceder a la infección, saber defenderte tanto a ti mismo como a los
tuyos. Saber jugar a L4D exige saber trabajar en equipo, porque tú
solo vas a morir, te lo digo yo. Sólo es cuestión de esperar a que
te cace un Smoker y morir estrangulado. Si un compañero no viene a
salvarte tú solo no te vas a poder soltar de su musculosa lengua.
Como veis, Valve no hace juegos, hace sinfonías.
¿Pero de verdad estás haciendo un
curso de Excel? ¿Realmente vas a ir a esa charla sobre redes
sociales? ¿En serio asistes al simposio de las 10 claves para que tu
cliente se sienta satisfecho? Tío, tío, tío, lo estás enfocando
todo super mal. Esas cosas son supercherías, sólo un montón de
datos. Aprende a jugar a L4D y todo lo demás se te dará por
añadidura.
Así está escrito.