Comprar camisetas de publicidad es una
cosa que me gusta mucho. Son de calidad para que la empresa anunciada
no quede de cutre y, a la vez, tienen ese aroma cutrepop que tanto
nos gusta a los estirados elitistas.
Para mi forma de ver las cosas llevar
esta camiseta revela una categoría muy superior a la de alguien que
lleve una de Nike, por poner un ejemplo. Llevar esta camiseta sugiere
que estás por encima del juego posmoderno. Vienes a decir que te
ríes un poco de todo. Tal es tu osadía, tu soberbia, que aparentas
ser un matado cualquiera cuando en realidad lo estás contemplando
todo desde lo alto de un torreón de marfil.
Buscar este tipo de objetos es una
parte muy importante de mi vida. Hay gente a la que le pone hacer
muchos largos en la piscina. A mi me pone encontrar el objeto más
exquisito de todos. Coincidiréis conmigo en que esta vez he picado
bastante alto.
La he encontrado, cómo no, en
Wallapop. La he comprado por 2€ a un chaval que me imagino que se
la habrían regalado al contratar la fibra con Orange. Como le habrá
parecido espantosa habrá querido deshacerse de ella, pero antes de
tirarla a la basura o hacerla trapos ha preferido venderla por 2€
para comprarse dos latas de Eneryeti, bebida energética.
Yo me aprovecho de estas cosas. Donde
tú ves basura yo veo oro. Así que básicamente poseo un tesoro
incalculable que me ha costado unos cuantos céntimos en el peor de
los casos.
Mi habilidad no se consigue de ninguna
manera, la tienes y ya está. Cuando el plan es ir a la piscina
quedas como el culo pero cuando el plan es ir de mercadillos eres el
rey. No hay mucho misterio en esto.
Quizás en el futuro me anime a
convertirme en un buen nadador o a ser buen futbolista, pero de
momento este camino resulta más conveniente para el desarrollo de
las partes y el total.
Quizás ahora salga hasta El Corte
Inglés, porque tienen unos cuantos productos de liquidación a 1€
entre los que la basura pop abunda. Puedes encontrar testigos del
2017 punteros a un precio casi regalado. En el pueblo vas a dar una
vuelta por el monte, en la ciudad haces esto.
Y nada, que encima el ambiente es
lluvioso. Un ambiente que te coloca en el mood perfecto para las
tareas de alta exquisitez. Hay que reconocer que de vez en cuando los
astros se alinean de bello modo.