martes, 25 de julio de 2017

La Mansión Encantada

Ahora me ha dado por Eddie Murphy. Eddie Murphy es uno de esos cómicos profundos, más profundo que Aristóteles y Sócrates juntos. Pero como hace el payaso no se le toma en serio. ¿Tú te crees?


Eddie Murphy transmite buenos valores a los niños: cree en ti mismo, el amor es lo realmente importante en la vida, nunca arrincones a un criminal con rehenes... Cosas buenas. Eddie Murphy verdaderamente hace una buena labor por la humanidad. Y encima es bastante descacharrante bajo mi punto de vista.

Esta peli aún no la he visto pero como lleva impreso el logotipo de Disney no me da pereza. Si pone Disney te pones contento, te piensas que vas a pasar un rato agradable. Si pone New Line Cinema te pones en un mood entre intelectual y palomitero. Si aparece el logo de Universal nos disponemos a contemplar el mayor espectáculo del mundo. ¿No es bello el gastadísimo mundo de los logos?


¿Desaparecerán los logos ahora que Elon Musk está que hierve ideas? ¿Será la próxima idea de Elon prohibir los logos porque nublan la percepción de los humanos, que somos tontos del culo? ¿Debemos legislar inmediatamente para que el robot que hace las hamburguesas en Burger King no se rebele contra sus creadores, aterrorizados?

Como soy un ególatra megalómano repugnante sé reconocer a otro de un solo vistazo. Elon está pirado. Así. Yo sé lo que es tener dentro el gusano que se come las entrañas de Elon. Se te pone la mirada vidriosa, finges entereza cuando estás a punto de ser troceado como una copa de cristal ante Maria Callas. No es el primer pirado megalómano que conozco, también te lo digo. Pero como son tan tiernos me acerco a ellos demasiado, desoyendo los consejos de Eddie Murphy.


Los chicos megalómanos que se refugian desesperadamente en su cerebro son los que pillaban en el patio del colegio. No hay mucho más que explicar. Como todo lo exterior a su cabeza les aterroriza se inventan un mundo ficticio que habitan de forma ficticia también, porque estar están aquí, entre nosotros, desgraciadamente. Ahí dentro las reglas son insólitas y sólo las conocen ellos, así que aléjate de estos descartes biológicos, por favor.

Si por ejemplo le dices a Elon que eso de las bases en la luna es una bobada irrisoria se volverá loco, o loca, y te clavará un puñal en el corazón porque has arruinado su idea fabulosa que venía arruinada de fábrica, porque la fábrica es su cerebro. Y su cerebro está pallá, como hemos acordado hace un momento.


Son niños flojos, vamos. Pero como montan unos cirios locos si alguien lo menciona nadie les dice nada y les escucha todo el mundo. Y por no atreverse nadie a decir “niño, calla la boca, que estás diciendo gilipolleces” los gachós son capaces de llevarte a la luna cuando tú quieres estar en casa con tu familia. Pero por no decir nada vas a la luna.

Así que... ¡Wow! ¡Luego le tienes miedo a Donald Trump! No sé yo a quién le deberías tener miedo, ¿eh?