Ir con gente moderna tiene cosas muy
buenas y muy malas. Las buenas es que te sientes en casa, porque son
modernos como tú. Las malas son que te hablan de sus gustos
espantosos y quedas impregnado de basura inmunda.
Esta compra es fruto de ese pringue. Es
la típica peli que “hay que tener”. Como tengo vicio de comprar
Blu-Rays para sentir que soy rico y no me va como el puto culo me
compré este. Sabes que no te va a gustar, sabes que vas a acabar
explotando pero ¡va! Compro.
La puse y a los dos minutos la quité.
Es de una presunción que me pongo negrales. Puede que en unos años
la vea y me encante, pero hoy por hoy es que me pongo a gritar. Con
Tim Burton me pasa lo mismo. No estoy yo ya para encajar en la
movida, estoy para comérmela con miel por encima, porque la miel es
muy sana dicen.
La movida tiene una nota musical
particular que conozco enormemente. Pero tan aguda y poco relevante
se me antoja ahora que es que, insisto, me la quiero comer. Vamos,
hacer que desaparezca. Lo que pasa es que tendré que ingeniar
mecanismos más sutiles que el bocado directo.
El bocado directo tiene muchas
ventajas: de entrada es directo. Te quedas a gusto. ¡Ñam! Se acabó
el problema.
Las desventajas es que al final no
arreglas nada. Le has pegado un bocado pero ahí sigue. Sólo que
encima sangrando, así que chilla más si cabe. Por tanto la movida
tendré que eliminarla como eliminaba el Monstruo Bu a sus oponentes:
haciéndola parte de mi cuerpo y absorbiendo sus características.
Con el neoliberalismo he hecho lo mismo
y de perlas me ha ido. ¿Ves a algún neoliberal por ahí? No, porque
los he absorbido a todos.
Absorber la movida me va a costar. Las
vibraciones que emite la movida se pegan bastante con las armoniosas
vibraciones del plantea Tierra, con las que estoy en onda ahora. Así
que a ver qué majestuoso ardid sinfónico desarrollo para una labor
de tanto interés para la sociedad.
Tú, como de costumbre, serás testigo
de esta asombrosa metamorfosis en riguroso directo. No dirás que no
te mimo. Te mimo tanto que igual quieres biberón. ¿Quieres biberón?