miércoles, 12 de julio de 2017

La Bella Easo - Croissants - 0% azúcares

La Bella Easo es un nombre que me gusta mucho, al igual que La Campana de Elgorriaga. Creo que ambos nombres son vascos, ¿no? La Bella Easo es como creo que llaman a San Sebastián, ciudad bella sin dudarlo un segundo. Elgorriaga me recuerda a Gurruchaga, que es vasco también, creo.


¡Cuántas cosas vascas! Como soy de Madrid tengo la percepción de que el mundo acaba en la M-30, pero no, las pruebas sugieren que más allá de ella también suceden cosas que merecen atención. Eso no deja de ser una putada, porque ir más allá de la M-30 se antoja algo como selvático, para lo que te tienes que preparar y vacunar.

Cuanto más ignorante eres más pequeño te crees que es el mundo. Antes pensábamos que si te aventurabas por el Atlántico te caías por una catarata al espacio. ¿No es guay? Hay que reconocer que si no te pones a investigar esta explicación se hace sensata. ¿Quién va a pensar que la Tierra es redonda mirando simplemente al horizonte? Nadie.


Optar por la ignorancia tiene cierto sentido; ya bastantes cosas tienes en la cabeza como para pensar qué habrá más allá de las lindes de tu terruñito. ¿Y si hay tigres? Igual me comen. Mejor quedarse aquí, que todo lo que hay es topos que devoran mis nabos. Contra los topos me defiendo, contra los tigres quién sabe.

Sin embargo ahora los amantes de la confortable ignorancia estamos jodidos porque hay Internet. Le das a un botón y te salen las cosas que pasan más allá de tu calle aunque no quieras saberlas. Y nadie puede resistir la tentación de meterse en Internet. Ahora por poner Internet te regalan televisión bajo demanda. Es imposible desoír la llamada del conocimiento.


Por ejemplo ahora con Instagram te das cuenta de que las personas que viven al otro lado de El Telón de Acero no son diablos con cuernos, son, flipa, iguales que nosotros. Sonríen incluso más de lo que sonríes tú y, no sé, por la cara que tienen yo no diría que viven en el infierno donde hay cataratas de azufre. Si me fío de lo que dicen en Antena 3 lo pienso, si me fío de lo que veo en Instagram no.

Ya te digo que esto del conocimiento es una putada porque te desmonta el tinglado. Tienes todo colocado en base a que ahí fuera hay un enemigo y resulta que el enemigo no existe. Hasta podrías llegar a pensar, por ese amable careto, que es tu amigo. ¡No puede ser! Vamos a seguir sospechando, no vaya a ser que ese hijo de puta sea más astuto de lo que pensaba.


Al final tendré que aceptar que estoy paranoico y ya está, pero ese plato tampoco es de buen gusto. ¿A quién le gusta admitir que se ha equivocado? A mi desde luego ni una pizca. Sólo por eso seguiré protegiendo mi región hasta que desarrolle la madurez suficiente como para pensar que mis semejantes son, efectivamente, semejantes a mi.

¡Con lo a gusto que se estaba en esta oscura caverna! Lo tenía todo bien colocado, con las paredes decoradas con pinturas hechas con zumo de nabo. Y ahora vendrán los turistas con sus ideas nuevas, me lo van a dejar todo hecho un desastre... ¡Nada, nada! Cerramos las fronteras un rato más. Quiero disfrutar todavía de mi oda a la desconfianza.