Hace unos días hablamos de Impactum
Dark, hoy hablamos de Impactum a secas. ¿Está bueno Impactum?
¡Mñeeeeeé...! Ahí ahí. Por un euro prefiero un Eneryeti.
Impactum tiene una estética
Powerpoint, me encanta como rollo pero dista mucho de ser
comercialmente apta. Eneryeti costando lo mismo mola más, así que
la opción es Eneryeti sobre Impactum. El sabor es sutilmente
diferente pero ambas saben a bebida energética de andar por casa.
Entre dos fregonas prefiero la que tiene las cerdas amarillas, que
parece que son mejores.
¿Por qué me compro entonces Impactum?
Porque me gusta el coleccionismo, descubrir cosas nuevas, insólitas.
Me gusta encontrar piezas que nadie más ha reparado en ellas. Me
gusta ver la belleza en las cosas en las que la gente suele ver la
fealdad.
¿Es tanta compasión buena para mi? Sí
y no. Por un lado es buena porque la compasión es buena
intrínsecamente. Por otro lado es mala porque gasto tantas energías
apoyando a los desfavorecidos que al final apenas me queda nada para
mi disfrute personal. Y eso es un poco malo, porque si yo no tengo
para dar todos los demás se quedarán sin nada.
¿Debería la gente, por tanto, empezar
a aprender a vivir sin que Juan les dé una limosna? ¡No estaría
mal! Juan también tiene problemas y no se pasa el día llorando,
Juan. Juan aprieta los dientes y sigue trabajando para que cada día
le vaya un poco mejor. Muchos deberían tomar muy buena nota de lo
que hace Juan.
Juan se hace cargo de todo. Juan te
entiende. Juan ve detrás del numerito ridículo que montas para
llamar la atención. Y sin embargo Juan hace como que no se da cuenta
y te da justo lo que necesitas. ¿No crees que le debes a Juan un par
de rondas al menos? Yo creo que sí.
Juan no va a llamar a nadie para que te
eche de tu casa, por supuesto que no. Juan confía en tu capacidad
para discernir qué cuentas tienes pendientes y qué cuentas están
saldadas. Juan espera pacientemente a que te des cuenta de que
trabajar para tu orgullo es trabajar en contra de tus intereses.
Juan, en resumidas cuentas, quiere
darte una lección. Pero no para hacer más grande el ombligo de
Juan, el cual hace mucho tiempo que no se mira. Te la quiere dar para
que contemples, atónito, lo que has hecho por pensar sólo en ti.
Cuando contemples el espectáculo, la desolación, ya no hará falta
que Juan te diga ni una sola palabra más.
Juan ha pensado este plan desde el
principio, no te creas que Juan está a uvas. Juan te quiere tanto
que traga con lo idiota que eres sólo para que te des cuenta de que
lo eres. ¿Te puede, acaso, alguien querer más que Juan? Busque,
compare y si encuentra algo mejor... Cómprelo.