domingo, 23 de julio de 2017

La Conspiración – Will Eisner

¡Esto es una conspiración! ¡Una conspiración! Qué mantra más contemporáneo, ¿eh? Nunca las conspiraciones han estado más de moda que hoy.


Hoy conspira hasta el kiosquero. ¡Todo el mundo sabe conspirar! Para aprender a conspirar no hace falta estudiar, basta con desenvolverse en un ambiente conspirativo. Y como hoy vivimos todos dentro de la conspiración de los grandes millonarios todos hemos aprendido a conspirar por el mero hecho de respirar el aire del ambiente.

Cuando hace unos 10 años descubrí los conspirativos asuntos no salí de mi asombro. Nadie me creyó porque aunque estaba entre gente de mucho nivel no tenían tanto nivel como yo y, bueno, eso se nota. ¡No todo el mundo puede picar tan alto como Juan! Yo lo entiendo. Hoy por hoy cualquier chaval con acceso a Internet ya sabe lo de la granja humana y todos los asuntos aledaños.


Ha salido hasta un juego de El Profesor Layton llamado La Conspiración de los Millonarios. He sacado grandes coolhuntings en mi vida, pero este fue el mejor. Tan bueno fue que me despidieron por él. ¡Pobres ignorantes! Juan no es despedido, Juan despide a los jefes que no son dignos de él.

Si le llegas a la gente con coolhuntings a 10 años vista la gente no lo va a entender. Pero por aquel entonces yo no era conocedor de mi verdadero poder, así que ser superior a personas que me doblaban la edad se me hacía como imposible. Además de poderoso soy muy humilde y tiendo a pensar que mis mayores son mejores que yo. ¡Qué error tan inocente!


Sin embargo hay que guardar las apariencias, del mismo modo que Superman fingía ser Clark Kent. La gente no puede asimilar ciertas verdades enormes por eso ha de ser mantenida en tinieblas. El rollo conspirador puede ser macabro pero se basa en ciertos hechos más o menos verdaderos.

Además, gracias a que no me creyeran en su día ha tenido una ventaja inesperada fabulosa: he desarrollado Síndrome de Estocolmo. Al no poderme zafar de mis secuestradores he llegado a entenderlos y a amarlos. Por tanto ahora soy tan buen secuestrador de masas como ellos, incluso un poco mejor, si me permiten la falta de modestia por unos instantes.


Por eso no puedes dejar de leerme, porque en mis textos está implícita la píldora Illuminati, que te hipnotiza y te hace tomar aquel camino que a mi más me conviene. ¿No me crees? Tampoco me creyeron mis jefes lo otro. ¿Quieres ser un borrego como ellos? Pues cierra la boca de cochino que tienes y créeme a pies juntillas, hazte un favor por una vez en la vida.

Ahora que ya sabes que estás hipnotizado ¿qué vas a hacer, pobre criatura? ¿Qué más te da saber que estás hipnotizado si no puedes deshipnotizarte? Sólo te puedo deshipnotizar yo y lo haré cuando me venga en gana, cuando me convenga. ¿Cuando me convendrá? No sé, cuando quiera comprarme unas Nike nuevas o algo. Nunca se sabe.