viernes, 28 de julio de 2017

Plátano de Canarias – Coplaca Natur

Coplaca. ¿Qué es coplaca, una placa a pachas? ¡Quién sabe! El mercado de commodities es un follón mental fino.


Cuando estudiaba Admon. y Dir. de Empresas (sic) nos hablaron del mercado de commodities. Como tiene un nombre tan guay al principio me hizo ilusión. Suena a comodidades, así que igual era un mercado de sofás, no sé. Pero no, era el mercado de materias primas, el más aburrido de todos. Donde se compra y vende nabos y aceitunas. ¡Uh! ¡Qué fiesta!

Yo creo que si te dedicas a algo tan chungo como comprar y vender cosas tienes que dedicarte a abanicos, a jarrones ming, a algo que ilusione. Pero no, tú te dedicas a las habas. ¡Joder, tío! ¡Mira que hay cosas para comprar y vender! Pues tú a las habas.


Según la película Entre Pillos Anda el Juego la gracia de estos mercados no es el mercado en sí mismo, sino las ganancias que se pueden rebañar de ellos. Por ejemplo si tú crees que el precio del café va a subir puedes comprar mucho café cuando todavía es barato para venderlo cuando ya se haya puesto caro. A esto se le llama especular.

A mi no me parece que haya nada malo en especular, pero si se te pira la olla con ello imagino que será malo ya. Pero eso pasa con todo, si te lavas demasiado los dientes puedes dañar la placa. En sí mismo no hay nada malo, lo malo es el pirado que hace un uso chungo de ello.


El fin de un mercado es comprar y vender, no especular con los precios. Puedes especular un poquillo pero sin perder de vista el fin crucial del asunto. No hace falta meternos con los banqueros: un diseñador de moda que valora más la fiesta y las copas que el diseño en sí mismo es tan fraude como el más ponzoñoso banquero.

La lección de la crisis es que si usas la riqueza para darte un baño de caprichos al final la movida se te va a ir al cuerno. La riqueza está para traerla a casa y que tu casa sea un poco más rica a todos los niveles. Tómate unas copas, no te preocupes, pero no te olvides que el fin de la cuestión es este que te digo.


Además ¿cómo te iba a sentar el gin tonic si sabes que en tu barrio la gente que te quiere está mal? Tú ahí tomando gin tonics y haciendo chistes con el ejecutivo gordo de turno y en tu barrio matándose por una discusión de fútbol. ¿No crees que les debes un poco al menos del néctar de las altas esferas?

¡Pues yo creo que sí! Y como no pagues cuando vengas te vas a cagar.