Coplaca. ¿Qué es coplaca, una placa a
pachas? ¡Quién sabe! El mercado de commodities es un follón mental
fino.
Cuando estudiaba Admon. y Dir. de
Empresas (sic) nos hablaron del mercado de commodities. Como tiene un
nombre tan guay al principio me hizo ilusión. Suena a comodidades,
así que igual era un mercado de sofás, no sé. Pero no, era el
mercado de materias primas, el más aburrido de todos. Donde se
compra y vende nabos y aceitunas. ¡Uh! ¡Qué fiesta!
Yo creo que si te dedicas a algo tan
chungo como comprar y vender cosas tienes que dedicarte a abanicos, a
jarrones ming, a algo que ilusione. Pero no, tú te dedicas a las
habas. ¡Joder, tío! ¡Mira que hay cosas para comprar y vender!
Pues tú a las habas.
Según la película Entre Pillos Anda
el Juego la gracia de estos mercados no es el mercado en sí mismo,
sino las ganancias que se pueden rebañar de ellos. Por ejemplo si tú
crees que el precio del café va a subir puedes comprar mucho café
cuando todavía es barato para venderlo cuando ya se haya puesto
caro. A esto se le llama especular.
A mi no me parece que haya nada malo en
especular, pero si se te pira la olla con ello imagino que será malo
ya. Pero eso pasa con todo, si te lavas demasiado los dientes puedes
dañar la placa. En sí mismo no hay nada malo, lo malo es el pirado
que hace un uso chungo de ello.
El fin de un mercado es comprar y
vender, no especular con los precios. Puedes especular un poquillo
pero sin perder de vista el fin crucial del asunto. No hace falta
meternos con los banqueros: un diseñador de moda que valora más la
fiesta y las copas que el diseño en sí mismo es tan fraude como el
más ponzoñoso banquero.
La lección de la crisis es que si usas
la riqueza para darte un baño de caprichos al final la movida se te
va a ir al cuerno. La riqueza está para traerla a casa y que tu casa
sea un poco más rica a todos los niveles. Tómate unas copas, no te
preocupes, pero no te olvides que el fin de la cuestión es este que
te digo.
Además ¿cómo te iba a sentar el gin
tonic si sabes que en tu barrio la gente que te quiere está mal? Tú
ahí tomando gin tonics y haciendo chistes con el ejecutivo gordo de
turno y en tu barrio matándose por una discusión de fútbol. ¿No
crees que les debes un poco al menos del néctar de las altas
esferas?
¡Pues yo creo que sí! Y como no
pagues cuando vengas te vas a cagar.