Turbo va de lo de siempre, de que no
tienes que conformarte con aquel puesto que se te asigna en la
sociedad, que si tienes el valor de seguir tus sueños acabarás en
el lugar al que verdaderamente perteneces.
Yo lo suscribo todo, pero como ya se ha
dicho tantas veces estos años parece como que estoy incidiendo en lo
que ya está aceptado por prácticamente la generalidad.
Me pregunto qué coño vamos a hacer
ahora que todos seguimos nuestros sueños. Ya no vamos a tener
motivos para pelear porque estaremos siguiendo el orden natural. Nos
dedicaremos a vivir en armonía y en paz. Tiemblo. Me estremezco.
Yo todavía tengo ganas de marcha. ¿Me
vas a cerrar el bar ahora? Joder, qué palo. Pues nada, todos a casa,
como en Europa. A ser felices y a aburrirnos como caracoles. Turbo es
un caracol. Está bien hilado, ¿a que sí?
Estoy tan acostumbrado a luchar contra
cosas que cuando todo lo que me queda es construir en paz se me hace
como raro. No tener enemigos es como una dieta vegana. Ahora que ya
no tenemos motivos para pelear habrá que inventar cómo echar la
tarde.
Cuando éramos pequeños en mi pueblo
nos encontramos dos cajetillas de tabaco vacías, una de Marlboro y
otra de Camel. Qué guapas, ¿eh? Las cajetas más guapas de todas.
Pues tan bonitas eran que aquello empezó una colección titánica:
Dani, el Neno y yo empezamos a coleccionar cajetillas de tabaco como
posesos. Incluso una tarde fuimos hasta Matarrosa, el pueblo de al
lado, buscando cajetas por el arcén de la carretera. ¡Deporte de
alto riesgo!
Ahora que todos seguimos nuestros
sueños va a ser como cuando éramos pequeños, que seguíamos
nuestros sueños sin saberlo. Luego tienes que entrar en la
maquinaria socioeconómica y se acabó lo bueno. Pero ahora que la
máquina socioeconómica está afinada de tal manera que podamos
seguir nuestros sueños y que siga funcionando esto va a ser como
aquellas tardes fantásticas.
Es como si a Dani, al Neno y a mi nos
hubieran pagado por buscar cajetillas. Pues ese es un poco el rollo,
francamente. Cambia cajetillas de tabaco por algo que la gente
demande mínimamente y ya tienes el rollo montado.
Mi madre me tiró mi colección. El
Dani todavía la tiene. Esta mujer es que de verdad no se da cuenta
de las cosas que hace. Hay que ver.