jueves, 15 de septiembre de 2016

Cantiña Mexicana Dip Sauce


¿Cantiña? Será Cantina, ¿no? ¿En mejicano cantina se dice cantiña? Parecen gallegos.


Bueno, me la suda, francamente. A mi lo único que me interesa es que esto es salsa para mojar nachos y a mi madre le gusta mucho. Pueden llamarse como les dé la gana.

Me toca un poco los cojones que los mejicanos, indios y españoles no tengamos otra cosa que aportar a la economía mundial que la comida. La española es menos “on the go” que las otras dos, la nuestra es más de Estrellas Michelín, pero sigue siendo el mismo juego.


Yo la verdad es que no tengo ni putas ganas de ponerme a fabricar microchips. Eso es cosa de japoneses. Hoy había fans del Sporting de Lisboa pegando voces en Sol porque me imagino que jugarán contra el Real Madrid y unos turistas japoneses los miraban como si hubieran salido de otro mundo, uno por debajo de este.

Los orientales tienen ese carácter reservado que invita a fabricar microchips. Los españoles tenemos este carácter abierto que no a sé a qué invita, la verdad. A cagar cantando.


Yo me quiero aprovechar de mi puto país, ya que él se aprovecha de mi. A mi, si no tienes una fidedigna pasión por la tecnología, me parece que ser español y fabricar chips es una pérdida de tiempo. Tengo que decir que hay honrosísimas excepciones como BQ, los teléfonos españoles, que me gustan que te cagas. Son chulos, baratos, funcionan y son los únicos que ofrecen un modelo con Ubuntu. O sea, que esta peña sabe, esta peña mola. Lo importante es molar, sea cuál sea tu campo de expresión.

Yo como más que por la tecnología, aunque también, tengo pasión más fidedigna por el arte, me aprovecho de que mi puto país tiene tradición en eso. No es lo mismo ser un artista español que un artista, no sé, sueco. Los suecos tendrán muchas cosas buenas pero no tienen El Prado. El Prado es un señor museo, una cosa sólida como una roca. No será así modernito ni nada pero ¿qué le vas a decir tú a El Prado que no sepa? El Prado se mea en tus instalaciones de videoarte porque ahí dentro hay, no sé, dragones. Imagine Dragons e imaginarás El Prado.


Así que no me monto películas en la cabeza y junto pasión con tradición y me sale mi fórmula de vida. Es así de sencillo. Bueno, sencillo si no eres tonto del culo, si eres tonto del culo a eso es a lo que debes poner remedio en primera instancia.

Un poco Seat es mi movida, pero sin ser tan makoki, aunque yo tenga una gran admiración por los makokis. Amo a los makokis pero no soy makoki. Esas cosas.


Seat es una marca que me gusta porque representa esto que digo y en su última campaña dejan claro que ellos también se han dado cuenta. ¡Menos mal! ¡A buenas horas, mangas verdes!

Si tienes algo cojonudo en casa ¿por qué te vas a ir a buscarlo fuera? Fuera está lloviendo, no seas tonto, píllate un Ibiza, que es un coche cojonudo, a lo mejor mejor que un Polo, pero sin ir tanto de guay, tan de pijo culo estrecho. Con un Ibiza te vas a llevar a más pibas de las que merece la pena llevarse, las putas, porque las que se suben al Polo sólo te abren el coño si las enseñas tu patrimonio.


Y no, zorra, yo sólo quiero meter. Lo siento.

Tienes que dejar de ser tan finín. Yo soy más fino que tú y me gusta el Ibiza más que el Polo. ¿No te dice eso algo? Lo que debería decirte, mi cegado amigo, es que el verdadero refinamiento no desprecia ni una sola de las partes de la Creación de Dios, y si Dios creó a los makokis será porque hacen falta, lo mismo que a tu jardín le hace falta hierba. Algo tiene que sustentar a las flores más espectaculares, que si no no tendrían fondo donde lucirse.


Por eso cuando veas a un makoki muéstrale tus respetos, porque gracias a que él no luce luces tú. Y tú brillo propio tienes poco, así que necesitas mucha hierba a tu alrededor.

Respétala.