martes, 13 de septiembre de 2016

Manley colores a la cera


Estas ceras son las mejores de todas. Eso ya lo sabemos todos, ¿no? Vale.


Tienen un olor super particular, no hay otra cera que huela igual. Las acabo de sacar del cajón y huele ya todo esto a clase de pretecnología.

“Pretecnología”. ¿Qué carajo significa eso? ¿Lo que hay antes de la tecnología? No sé, qué despectivo. Podrían llamarle Tecnología nada más, que eso abarca sus fases desarrolladas y sus fases primeras. Son ganas de humillar a los niños.


¡En pretecnología habrás sacado un 10, pero ya nos veremos en Tecnología, ya! ¡Ya caerás!

No sé, es ponerle un nombre gilipollas a una clase que es y será siempre la clase de Dibujo.


La clase de Dibujo abarca todo sin necesidad que la palabra lo haga. La palabra es lo de menos, podrían haberse esforzado un poco menos en la palabra y más en el contenido de las clases, porque lo del circuito eléctrico con la pila de petaca, no sé, igual estaba como trillado.

Ojo, que a mi esos circuitos me flipaban. Lo que no me flipaba era la sierra de pelo, porque siempre se me partía por el calor de la fricción.


¿Pero qué rayos es esto? ¿Tengo que serrar despacito? Ay, sí, que si no se rompe el puto pelo. ¡Dame un puto serrucho!

Pero no, porque con el serrucho los niños se podrían matar unos a otros y es algo que estoy seguro de que harían.


Así que nada, todos a manejar esa ridícula sierra, que ya me dirás tú qué vas a cortar con eso. Igual ganas en precisión, pero para eso quiero el papel de lija. Primero corto fuerte, rápido y sin frustración y luego lijo los cachos que no hayan quedado finos.

En el colegio uno aprendía cuando no hacía caso a lo que decía el profesor, cuando se inventaba la movida a su manera. De la sierra de pelo no recuerdo ni quiero recordar nada porque era algo que a mi no me gustaba y me lo querían meter a martillazos. Pero de los circuitos eléctricos con pila de petaca me acuerdo de todo porque eso me gustaba mucho.


¿Por qué no me puedes dejar a mi haciendo circuitos, que es lo que más me gusta? ¿Crees que si necesito una sierra en la vida no voy a tener recursos para aprender cómo se maneja sin recurrir a ti, triste funcionario? Naturalmente que los tendré. Así que lo mejor que podías hacer es dejarme pasar mi tiempo en algo productivo, y son estos circuitos fascinantes.

Yo no sé cómo haría la escuela perfecta, porque sería un curro que te quedas loco. Supongo que de montarla lo haría por combustión espontánea, como Jesús se juntó con sus apóstoles. Tú, ven pacá. Tú te vas a llamar Pedro. Porque yo lo digo. Da gracias que no te llame Fofó.


A ver, tú, Simón, o Fofó, como pollas te llames. ¿A la gente hay que darle peces o enseñarle a pescar?

Hostia, Fofó, qué tonto eres. Era la otra.


Suspendido, Fofó.

Y, no sé, supongo que haría con mis alumnos lo que hago con toda la puta gente que me rodea. Dejarles que hagan lo que les dé la puta gana pero yo estar siempre echando un ojo, para que no se tuerzan. Y cuando sea así, tas, reglazo en los dedos.


¿Ya no se puede? Joder.

Bueno, pues le llamaría Fofó. ¿Motes denigrantes todavía vale, no? Guay.


Pues motes denigrantes. A ver, Fofó, eres un manos de espátula, ¿no ves que esa movida que has hecho no mola nada? Le falta profundidad, le falta perspectiva, me estás poniendo de los nervios, Fofó.

Y así todo el puto día. Vacilando a la basca y pasando la vida.


Lo que hago hoy, vaya.