martes, 13 de septiembre de 2016

Milan nata 612


Las gomas de borrar tenían que ser un bien suministrado por el Estado, no sé. Comprarme gomas de borrar es como comprarme hojas secas de árbol. Yo estas me las compré porque me sobraba dinero de una devolución. O por mero aburrimiento.


Al menos pillé las Milan nata que son las mejores de todas, como todo el mundo sabe. Yo de material de oficina sé lo mío. Sé que estos Pilots son mejores que estos y que si no tienes que hacer nada exquisito es mejor comprar la marca blanca que Edding, porque la marca blanca está muy bien.

Asimismo un A4 de 80g. está muy bien, pero si te lo puedes pillar de 120g. mejor.


El papel reciclado es útil para cosas de baja alcurnia, pero no se puede ir por la vida sin folios con blanqueador en casa.

Los lápices si no dibujas tampoco creas que valen para mucho.


Y bolis casi tiras con los que te regalan por ahí.

Total, que pocas cosas te tienes que pillar en la papelería. La papelería está para ir a comprar cosas chupis, no para cosas que realmente hagan falta. Estas cosas te las da mágicamente la vida, todo el mundo tiene bolis en casa aunque no recuerde haber comprado bolis.


Yo compro rotuladores porque trabajo con ellos, que si no no pisaría una papelería en mi vida.

Es que en realidad hay muy poco que comprar. Yo el grueso de mi raquítico fondo me lo dejo en material y coleccionismo. Mi coleccionismo es exquisito y requiere, en épocas de pesadumbre generalizada, que las piezas adquiridas sean de bajo valor. De no ser así estaría incurriendo en un desprecio que un tipo como yo no se atreve a mostrar.


Vamos, no lo muestro porque no lo siento. Con mi estilo de coleccionismo muestro solidaridad.

Claro, antes de 2008 tenía figuras de Akira, a Bender en metal, estatuillas de Goku y Los Caballeros del Zodiaco, eso que tienes tú ahora, que me has copiado. Pero todo eso acabó, amigo mío, y lo que haces no te das cuenta de que está desprovisto de fondo.


El arte y, por lo tanto, el molonismo, ha de estar provisto de fondo o deja de serlo. No puedes copiar mis figuras de Akira, no sé cuántos años después, porque ahora han dejado de tener sentido. Las mías se compraron en un mundo pop donde todo era precioso y todo estaba perfectamente sostenido. Por tanto uno podía permitirse gastar 30 euros en un muñeco, cosa que hoy es una gravísima ofensa para la gente que está pasando hambre.

Tú, sin embargo, te las estás comprando en un mundo destrozado. Ahora no muestras una sensibilidad pop, lo que muestras es una insensibilidad hacia los demás, hacia los más necesitados que tú. No puedes pagar 60 pavos por ese Vegeta por lo bien retratado que quede el Final Flash. No puedes.


Tienes que entender la falta de compromiso que te subyuga para poder sobreponerte a ella.

Ahora son tiempos de comer patatas. No pasa nada, hay épocas para todo. Yo me lo paso bien en todas las épocas, cuando toca comer pasteles porque hay pasteles, cuando toca patatas porque hay patatas. A mi me gusta todo, a todo le veo la gracia. Coño, podrías ser un poco menos caprichón y verle la gracia a las patatas, que las ha arrancado tu tío para ti, con sus propias manos.


Si no sabes ver la belleza en algo tan sencillo como una patata ¿cómo vas a verla en algo más sofisticado como es una figura de resina? ¿No ves que tu cuento se tambalea como el torcuato que eres, muy a mi pesar?

Cuando aprendas a ver la belleza en una simple patata tendrás mi permiso para pasar a ver la belleza en otras cosas más complejas. Pero por el momento te quiero ver mirando la puta patata como si fuera tu novia. Quiero que la beses, a la patata.


Así. Muy bien. Lámela el coño. Mmmmmm. ¡Tío, lo estás haciendo guay!