Para la Game Boy Color, con su pila
para hacer el rumble pack y toda la hostia. Me lo compré porque
Néstor me dijo que lo tuvo y le provocaba sensaciones retro y lo vi
y lo compré por si lo quería. Me dijo que lo incluyera, mejor, en
mi colección y así lo hice.
Yo no soy muy de Star Wars. Es una saga
que me la trae bastante flojilla. Ya ves, se supone que a mi me tenía
que flipar Star Wars pero no es así. Siempre me pareció una
película triste, me parecía densa, larguísima, y nunca logré que
me llegase a interesar.
Luego he visto algunas de sus partes
posteriores y me han parecido bien, pero no tengo ese hype eterno por
ella que tienen sus fans. Me parece bien pero no soy fan.
De ser fan de alguna lo soy de la
última, hecha por el bueno de J.J., un sencillo artesano. Me parece
que ha tratado a toda la saga con muchísimo respeto y no se ha
permitido experimentos de auteur genial como habría hecho, sin
ninguna duda, Michael Bay, por poner el primer ejemplo que me viene a
la cabeza.
Si a mi me hubieran encargado hacer la
nueva de Star Wars hubiese tratado de ser como J.J. al principio pero
luego mi carácter hubiese explotado y habría terminado convirtiendo
Star Wars en una película de la Troma.
Siempre me ha pasado así. Recuerdo un
curso de dibujo de cómic al que me apunté. Me mantuve apuntado
porque le caía bien al profe y me animaba mucho. Cuando se fue ese
profe dejé de interesarme porque a mi me interesa que me animen, no
que me expliquen cómo hacer las cosas. Eso lo sé hacer yo.
El primer profe nos dio un ejercicio.
Nos dio un guión de cómic profesional, con sus diálogos y sus
planos. Esta viñeta tiene este diálogo y se ve desde este plano,
etc. Su ambientación, todo eso.
Las dos primeras páginas las hice
impecables, exactamente como exigía el guión. Todo perfecto. Ni un
pero. Lo que pasa es que luego el profesor nos dijo que podíamos
continuar el guión como nosotros quisiésemos. Ahí ya se lió
parda.
Lo que era una clásica historia de
tramperos de puerto de mar tipo El Corto Maltés la acabé
convirtiendo en una desquiciada historieta tipo Ren & Stimpy. Los
personajes se convertían en super saiyans sólo porque me salía a
mi de la bola que tengo por pene, como Silicone Tex. La mezcla de
todas mis influencias cristalizó mezclando Mortadelo con Bola de
Dragón. Un cristo alocado se hizo patente hasta que me aburrí y lo
dejé, como hago con todo.
Las cosas sólo me interesan mientras
tenga algo que aprender de ellas. Soy como Goku, sólo busco rivales.
Sólo quiero hacerme más fuerte. Cuando me doy cuenta de que ya soy
más fuerte que Freezer me doy la vuelta y lo dejo ahí plantado, con
cara de gilipollas, que es lo que ahora me parece. Freezer se
mosquea, porque le hago el peor de los desprecios, no hacerle
aprecio. Pero yo, como ya no tiene interés para mi, paso de su puta
cara de supervillano y me largo con Chichí, mi mujer, porque tengo
ganas de mojar el churro, como Silicone Tex también.
¿Es lo mío una maldición? No tengo
ni puta idea. Sólo sé que así es. No tengo ni puta idea del
destino que me depara mi corazón, este órgano que tiene vida propia
y ante el cual no tengo ningún poder, como vosotros. Yo no hago
nada, sólo soy inteligente y me coloco al margen, ya que sé que él
es el que manda y donde él diga que hay que ir es donde acabaré
yendo, ya que él sabe de qué va la movida y yo, más quisiera, no
tengo ni puta idea.
Mis sentidos de ser humano se vuelven
tarumba, porque me lleva por vericuetos que yo flipo. Aquí me
tienes, escribiendo un blog que quizás no vaya a ninguna parte
cuando a lo mejor lo que tenía que estar haciendo es trabajar por
labrarme un mañana. Pero como cuando le voy con mis pesquisas él me
dice que me calle la puta boca porque yo no tengo ni puta idea de
nada pues me callo y sigo haciendo lo que manda. Porque la
experiencia demuestra que él no se equivoca nunca y yo me equivoco
siempre.
Soy un esclavo, pero del mejor amo del
mundo. Supongo que no me puedo quejar.