jueves, 29 de septiembre de 2016

Vistaprint


Vistaprint es un garito donde te hacen tarjetas de visita. Como ahora soy un tipo serio que tiene una marca personal pues es de ley que me haga unas putas tarjetas.


Vistaprint funciona como un tiro. Tiene un editor on line de la puta tarjeta con herramientas sencillas si quieres hacer el diseño completamente on line o puedes subir tu jpg de turno con tu diseño hecho con un software más potente. Vistaprint es un fiel amigo que se adapta a tus necesidades.

Yo, que tengo un concepto de la vida y el arte que glorifica la sencillez por encima del abigarramiento, uso el editor on line. He conseguido un logo que se hace sencillamente en Word (o preferible un procesador de textos gratuito, por el concepto que cuento, cuanto más fácil y barato mejor) usando la tecla Alt, la única complicación que me permito.


Los tamaños me la sudan, me la suda los pesos de los elementos en el diseño final. Además eso es un engorro, son todo complicaciones. ¿Qué más me da que esto esté a tamaño 14 o 24? ¿Tú has entendido lo que te quiero decir? Pues eso es lo que cuenta.

Mi vida está montada así. Con una estructura básica lo suficientemente fuerte para aguantar que mañana cambie el viento y sople por aquí. O que pasado mañana sople por acullá. Mi estructura está diseñada para que aguante todas las inclemencias del tiempo que le eches. Por eso os insto a que dediquéis el grueso de vuestro tiempo al concepto, no a la forma, porque la forma es algo anecdótico. La forma, si nace de un concepto serio, será original sin duda, ya que la forma se le ha dado para proteger ese concepto. Y un concepto fuerte crea, por naturaleza, formas muy originales.


Tú, mi querido amigo, has de imitarme. Porque yo soy el que sé. Yo soy ese tipo que todo lo sabe, soy Gandalf, Gandalf el mago. Gandalf El Gris pokevolucionado a Gandalf El Blanco. Yo te llevo en un aparente laberinto para que seas tú, y sólo tú, el que halle la respuesta. Si te la dijera no la entenderías, porque eres tonto. Tienes que ser tú el que halle el camino que yo ya he recorrido hacia la grandeza. A mi nadie me ha dado la respuesta, porque no hay respuesta. No hay Grial. El Grial está dentro de ti.

Claro está, yo tengo que comer, así que todas esas flechas que te señalan hacia La Grandeza te las tengo que cobrar. Yo por mi te las daba gratis, pero es que resulta, ya ves tú cómo son las cosas, que vivimos en un mundo que exige de dinero para que puedas vivir en él. Si no te echan, inclementemente. Así que más por obligación que por afición les tengo que poner un precio a mis putas flechas.


Como todo lo que yo hago es un juego mental para que tú crezcas, el precio de mis flechas es otra flecha en sí misma. Lo mismo un día te pego una bofetada en la cara con un precio con exceso de ceros como otro te regalo platino a cincuenta pavos. Así tú también tienes que estar al loro de mis movimientos, te creo adicción, como Steam, que la gente vive para esperar sus rebajas. Cuando hay rebajas en Steam la gente mea colonia. Lo mismo espero hacer por Juan González Iglesias.

No me lo puedo pasar mejor, naturalmente. Por fin tengo campo abierto para hacer aquello que he intentado hacer en otras estructuras levantadas antes de que yo llegase pero, por su pequeñez, no aguantaron mis embates. Así que no me habéis dejado más remedio que tener que ser yo el que cree mi propia estructura, ya que las vuestras son muy pequeñas, Liliput. Mi gran cipote no puede ser albergado por vuestras vaginas infantiles. Ergo he tenido que construir mi propia vagina, enorme, colosal.


Hasta en eso os gano. Hasta en hacer estructuras. ¿Pero en qué no os gano yo? ¿En qué? En nada. Nada de nada.