martes, 13 de septiembre de 2016

Tuscher Markers Tiger


A mi Tiger es un sitio que no me gusta. Muy memo. Si eres memo vete a Tiger, pero si no vete a cualquier otro sitio.


Tampoco es que estos rotuladores sean muy buenos, en los chinos te compras unos mejores y más baratos. Y sin este diseño nórdico que sugiere que el mundo es un lugar feliz cuando oleadas de refugiados inundan nuestro feliz y a todo ajeno continente.

El diseño nórdico patina por eso. Porque retrata un mundo que no existe. Si tu obra no cuenta la verdad tu obra es mala. Te puedes esconder detrás de todo lo que quieras pero la verdad será que estás mintiendo.


Supongo que no es culpa de ellos, porque tan solo retratan lo que ven. Pero espero que entiendan que al resto del mundo su visión de la vida nos parece ofensiva, ya que para que ellos puedan ver fresas y plátanos nosotros tenemos que ver demonios y fuego.

Por esta razón, tan ponderada, yo diría, creo que el diseño sueco, el Tiger, es lo más putamente out que existe. Es una patraña insostenible.


Yo tengo amigos que mean colonia con el Tiger, como si viviéramos en 2005. ¡No sé! ¿Esta gente no ve más allá de sus narices? ¿En qué mundo de fantasía habitan?

Supongo que abandonar la idea de vivir en un mundo de fresas y plátanos es dolorosa para cualquiera, especialmente para el que no es inteligente ni nada que se le parezca. La gente compró este paraíso prefabricado y ahora se lo quitan. Yo, que no soy tonto, no compré en primera instancia el paraíso prefabricado, ya que prefiero tener, sin gastar ni un céntimo, el de verdad.


En el de verdad no ves fresas ni plátanos. Bueno, los ves, pero te los comes. El paraíso de verdad está sobre la tierra, ese lugar del que escapa el prefabricado. De la sucia tierra. ¡Dios mío! Pero si es una gozada. Revolcarse por la tierra es mil veces mejor que una piscina de bolas. Eso lo sabe todo el mundo.

Todo el mundo que no sea memo, a ver si me explico.


Por eso el paraíso prefabricado de Tiger es como de dibujos de niño, porque es un paraíso prefabricado para niños, para personas que no han crecido ni tienen ni la más mínima intención. A estos niños caprichosos les da igual que mueran refugiados porque ellos no se atreven a arrimar su hombro, ya que es endeble, de niño. Ellos mirarán para otro lado, para la acera donde está el Tiger.

Hay que ver qué atrocidades es capaz de cometer el ser humano sólo por pereza. Qué pecado más burdo, la pereza.


¡Qué te costará saltar de tu cuna de Tiger al mundo! Bueno, a ti un huevo, vale, sí. Ya sé que no estás para esos trotes, no. Pero, no sé, disimula un poco. Finge que te importan los demás, al menos. No sólo tus cacharritos de cocina.

Bueno, ya, ya sé que eso lo finges también muy bien. ¡Coño, pero es que en tu vida no hay otra cosa más que fingimiento! ¿Qué tienes real que enseñar?


Nada. ¿No?