jueves, 15 de septiembre de 2016

Pokemon Pinball


¡Y tú creyendo que Pokemon es un invento de ahora! Claro, como sólo ves Antena 3... Así te va.


Pokemon Pinball es un juegón de Game Boy Color que es de pinball. Lo que hace de bola es una pokeball y cuando haces determinadas cosas en el tablero atrapas un pokemon. Este pokemon se guarda en la pila que lleva incorporada el juego y así tienes juego para rato, hasta que atrapes todos los pokemons.

Yo ponerme a mis años con Pokemon Go, de verdad, es que no tengo ganas. Ya bastante pereza me da la tele y todas las otras cosas que se suponen que se tienen que hacer como para comportarme como un triste hipster cuando Pokemon es bastante más mío que de ellos. Todavía hay clases y yo, afortunadamente, estoy en la alta.


Pokemon Go si tienes 12 años me parece una pasada, el protojuego. Si yo hubiese tenido esa mierda de pequeño no habría parado de jugar con él ni un solo momento. ¡Dios mío, qué cosa más de puta madre! Mezcla el juego de calle con el juego doméstico. Yo de pequeño coleccionaba cajetillas de tabaco que íbamos buscando por el pueblo y pueblos cercanos. Pokemon Go es exactamente lo mismo pero más civilizado, sin incitar a los niños a fumar.

Recuerdo la colección de cajetas de tabaco como lo más grande. Mi madre me tiró la colección, que era grandísima, porque decía que no hacía más que estorbar. Tenía cierta razón pero no mucha, porque esa colección no estorba, engrandece al que la contempla, mágicamente. Como todo lo que yo hago.


Dani todavía la tiene, me ha dicho. ¡Qué suerte! Aquella colección era más cojonuda que Pokemon Go, realmente, porque nadie nos sugirió que la hiciésemos y porque la construimos con nuestras propias manos. Da más gusto construir un sofá con tus propias manos que comprarte uno, aunque igual no te quede tan bien rematado. Pero eso se compensa con el orgullo de creador.

Así que Pokemon Go guay pero no nos gana a Dani, a Toni y a mi. Nosotros somos mejores. Lo siento.


Coleccionar parece ser que es algo que se estudia mucho, cuál es su motivación. A mi eso me parece tan inútil como estudiar por qué el sol es tan bonito en vez de disfrutar de él, y por lo tanto de personas inferiores. Coleccionar mola porque mola. Da mucho gusto. Es la motivación. La motivación para todas esas cosas que “no sirven para nada” es que da mucho gusto.

Hala, ya me he cargado a toda la profesión científica de un plumazo. ¿Siguiente?


La mayoría de las cosas no están para estudiarlas, están para disfrutarlas, que así quiso Dios que lo hiciésemos. Pero claro, nos dio por pensar demasiado y nos expulsaron del Paraíso. Y aún no salimos del error, tan evidente, de que el cerebro está desmadrado y no deja ver nada.

Por eso si tú te haces llamar una persona inteligente has de usar menos el cerebro, porque eso no es síntoma de inteligencia, sino de estupidez. Los estúpidos no paran quietos porque no ven que no hay nada por lo que moverse. En vez de eso le preguntan a su cerebro qué hay que hacer ahora, y el cerebro, que no sabe nada, ya que no tiene por qué, responde al tun tun, a ver si le dejas en paz.


Tus ojos no son el cerebro, son el corazón. No me cansaré de decirlo. Mientras le des a tu cerebro las funciones de tu corazón todo te va a ir de puta pena. Es como si condujeras marcha atrás, mirando por los retrovisores cuando podrías meter la directa y mirar a través del parabrisas.

Así que, tío, búscate un estilo, pero que no sea de nadie. No juegues con Pokemon Go porque lo dice la Jot Down, eres un puto perdedor. ¿No sabes que jugar a juegos que te sugiere una revista no es tan satisfactorio como inventártelos tú?


Debe ser que no. Por eso existe esa revista. Si no, de qué.