Vaya rollo que tienen montado con los
Pantones. Esto es naranja, tío. ¿Qué más da que sea más clarito
o más oscurito? Es naranja.
Yo tuve la Moleskine cuando había que
tener la Moleskine, allá por el 2004. Me la compré de esas como de
reportero, que se abren hacia arriba. Ahí andaba yo haciendo pinitos
como coolhunter y, claro, esa libreta era el complemento perfecto.
¡Quién me veía a mi apuntando cosas interesantes por la calle
Fuencarral! ¡Cuidado! ¡Aquí llega El Juez Juan, El Juez Doom!
¡Sacad vuestra mejor molonidad o puede acabar con vosotros, de un
sólo latigazo en las costillas!
Ah, sí. Ahí dejé yo claro lo que era
molar y lo que no. Y todo con una simple libretita.
Me pillé esta de Pantone porque,
bueno, quería revivir un poco los viejos tiempos y pasaba de
pillarme otra Moleskine, que ya la veía como super sobada. Así que
vi esta de Pantone, que tiene así un poco de rollo, y encima estaba
más barata. Pues me la pillé.
Los viejos tiempos no volverán pero la
molonidad es eterna y yo es algo de lo que no me puedo desprender.
Forma parte de mi, soy yo, como digo muchas veces.
Ahora paso de Moleskine porque, bueno,
primero porque ya me basto con mi cabeza, ya tengo bastante refinado
el método. Y luego porque en los tiempos del smartphone ir con una
libretita sería un poco, no sé, impostura. Eso sería como algo
chunguito y tal.
Lo que mola no son cosas concretas, mi
querida amiga videoblogger. Las cosas concretas son una expresión
concreta de lo que nos quiere decir la molonidad, pletórica, en cada
momento del tiempo. No vayas detrás de piezas concretas, en vez de
eso deja que te hablen de lo que te quieren decir.
La molonidad es algo abstracto, como
las hadas que te rellenan la vida a tope en el Zelda. No se puede
concretar así, pum, como dos y dos son cuatro. Las matemáticas,
aunque son un aspecto de la vida muy importante, aquí las dejaremos
de lado porque nos estorban con su visión limitada de la realidad.
Lo que tienes que hacer es escribir un
poema, pintar un cuadro con aquello que te hayan dicho todas y cada
una de esas piezas molonas que has visto por ahí. Ahí es donde la
molonidad empezará a tomar forma, ya que las piezas aisladas son
sólo los pinceles y los colores.
Sería echarle mucha cara montar una
exposición plantando ahí los lienzos y las pinturas sin desembalar
siquiera, ¿no? Eso es lo que tú haces cuando posteas cosas
concretas que molan o que dejan de molar.
La que debe estar impregnada de la
molonidad eres tú, y al estar impregnada todo lo que digas tendrá
ese halo molón.
El que postea cosas molonas concretas
es como la mano que se trata de coger a sí misma, un espectáculo
denigrante para la molonidad. Eso es propio de periodistas de
actualidad, no de molones.
Tu pericia artística no tiene ni la
más mínima importancia. Hazlo como a ti te salga. A mi me sale en
plan blog, a ti que eres más joven igual te va en youtubes. O como
eres un puto desastre te dediques a hacer collages, el género más
menor que existe. No importa, si tu contenido es bueno lo
engrandecerás.
Si no pones tu corazón en el trabajo
me temo que ese será un trabajo hueco, y la mejor de las técnicas
no sostiene un trabajo hueco. Sin embargo, la más pobre de las
técnicas queda engrandecida con un discurso grande.
¡Bien! ¡Así se mola! ¿Te ha quedado
claro? Menos cerebro y más piel. El cerebro está en el resto de
aspectos de la vida, reserva este para ti y para mi, mi querida
videoblogger.
¡Cómo me pones! Ya aparte de todo.