miércoles, 14 de septiembre de 2016

PANTONE Universe 15-1157


Vaya rollo que tienen montado con los Pantones. Esto es naranja, tío. ¿Qué más da que sea más clarito o más oscurito? Es naranja.


Yo tuve la Moleskine cuando había que tener la Moleskine, allá por el 2004. Me la compré de esas como de reportero, que se abren hacia arriba. Ahí andaba yo haciendo pinitos como coolhunter y, claro, esa libreta era el complemento perfecto. ¡Quién me veía a mi apuntando cosas interesantes por la calle Fuencarral! ¡Cuidado! ¡Aquí llega El Juez Juan, El Juez Doom! ¡Sacad vuestra mejor molonidad o puede acabar con vosotros, de un sólo latigazo en las costillas!

Ah, sí. Ahí dejé yo claro lo que era molar y lo que no. Y todo con una simple libretita.


Me pillé esta de Pantone porque, bueno, quería revivir un poco los viejos tiempos y pasaba de pillarme otra Moleskine, que ya la veía como super sobada. Así que vi esta de Pantone, que tiene así un poco de rollo, y encima estaba más barata. Pues me la pillé.

Los viejos tiempos no volverán pero la molonidad es eterna y yo es algo de lo que no me puedo desprender. Forma parte de mi, soy yo, como digo muchas veces.


Ahora paso de Moleskine porque, bueno, primero porque ya me basto con mi cabeza, ya tengo bastante refinado el método. Y luego porque en los tiempos del smartphone ir con una libretita sería un poco, no sé, impostura. Eso sería como algo chunguito y tal.

Lo que mola no son cosas concretas, mi querida amiga videoblogger. Las cosas concretas son una expresión concreta de lo que nos quiere decir la molonidad, pletórica, en cada momento del tiempo. No vayas detrás de piezas concretas, en vez de eso deja que te hablen de lo que te quieren decir.


La molonidad es algo abstracto, como las hadas que te rellenan la vida a tope en el Zelda. No se puede concretar así, pum, como dos y dos son cuatro. Las matemáticas, aunque son un aspecto de la vida muy importante, aquí las dejaremos de lado porque nos estorban con su visión limitada de la realidad.

Lo que tienes que hacer es escribir un poema, pintar un cuadro con aquello que te hayan dicho todas y cada una de esas piezas molonas que has visto por ahí. Ahí es donde la molonidad empezará a tomar forma, ya que las piezas aisladas son sólo los pinceles y los colores.


Sería echarle mucha cara montar una exposición plantando ahí los lienzos y las pinturas sin desembalar siquiera, ¿no? Eso es lo que tú haces cuando posteas cosas concretas que molan o que dejan de molar.

La que debe estar impregnada de la molonidad eres tú, y al estar impregnada todo lo que digas tendrá ese halo molón.


El que postea cosas molonas concretas es como la mano que se trata de coger a sí misma, un espectáculo denigrante para la molonidad. Eso es propio de periodistas de actualidad, no de molones.

Tu pericia artística no tiene ni la más mínima importancia. Hazlo como a ti te salga. A mi me sale en plan blog, a ti que eres más joven igual te va en youtubes. O como eres un puto desastre te dediques a hacer collages, el género más menor que existe. No importa, si tu contenido es bueno lo engrandecerás.


Si no pones tu corazón en el trabajo me temo que ese será un trabajo hueco, y la mejor de las técnicas no sostiene un trabajo hueco. Sin embargo, la más pobre de las técnicas queda engrandecida con un discurso grande.

¡Bien! ¡Así se mola! ¿Te ha quedado claro? Menos cerebro y más piel. El cerebro está en el resto de aspectos de la vida, reserva este para ti y para mi, mi querida videoblogger.


¡Cómo me pones! Ya aparte de todo.