Las cerraduras deben ser de unos
hierros especiales, porque el lubricante hecho para ellas es distinto
al lubricante normal. Nuestra cerradura necesita un mimo especial, ya
que sus hierros vienen de unas minas más concretas que los hierros
normales y 3-En-Uno se ha tomado la molestia de fabricar algo
específico para tan nobles hierros.
Si le echas 3-En-Uno normal a tu
cerradura no sé qué le puede pasar. Probablemente se descomponga y
deje entrar a los ladrones. Los ladrones saben que es mejor robar en
las casas donde a la cerradura se le echa 3-En-Uno normal, ya que
estas cerraduras están oxidadas al no ser tratadas con el esmero
pertinente y las abren de forma mucho más sencilla, casi empujando
la puerta, nada más.
Es mejor que cuides tu seguridad y la
de tu familia con este lubricante para cerraduras específico.
No querrás que maten a tus hijos por
usar 3-En-Uno normal, ¿no?
Por el mismo motivo debes deber Actimel
y tomar yougures con Omega 3, ya que el colesterol es una amenaza
real, está ahí mismo, en tu pantalla de televisión, y si eso no
fuera verdad no saldría por la televisión. Los gráficos en 3D
dejan perfectamente claro cómo la suciedad va tapando tus arterias
y, cuando ya estás realmente acojonado de lo que estás viendo ante
tus ojos, aparece Actimel para darte la solución. ¡Menos mal!
¡Gracias, Actimel! Me iba a dar ya un
infarto de miocardio, de ver esos truculentos gráficos en 3D.
Así que para defendernos de unos
gráficos en 3D compramos Actimel, que cualquiera se expone a que lo
que ha salido en la pantalla del televisor sea cierto. Mejor, para no
correr riesgos, compramos Actimel, y así nos curamos en salud.
De esta manera tan sencilla, tan
infantil, podemos sacarnos de la manga una guerra que no existe y
ponernos todos a combatir por ella porque, caray, la guerra está ahí
mismo, en la televisión. ¿No la ves?
La televisión, de ser manejada
normalmente, sería como el cuchillo que usas para cortar el pan y no
para matar a tu semejante. Podríamos usarla para derribar mitos, con
doctores que digan que, bueno, hay que cuidarse pero no te vayas a
volver loco, que entonces es casi peor el remedio que la enfermedad.
Podrían salir señores que dijeran que esas imágenes terribles de
países lejanos son sólo eso, imágenes terribles, pero que esos
países lejanos son estupendos y sus gentes probablemente son más
simpáticas que las que hay en tu barrio.
Sin embargo la usamos para crear más
problemas de los que ya de por sí trae la vida incorporados. Y si,
chico, para vender mi puto yogur tengo que acojonar un poco a la
peña, pues que se acojonen. Total, un poco más no se va a notar, y
yo también quiero trincar de este pastel que parece eterno, el
dinero de las masas bajo el yugo de la coerción.
¿Tienes un plan mejor para hoy? Yo
tampoco. Vamos a ello.
Acojonar a la peña es estupendo,
porque así hacen lo que les dices y ni rechistan, los idiotas. Da
igual con qué les asustes, si con el recurrido grito furioso o con
la sibilina historia de terror. El caso es no dejarlos tranquillos.
En ese estado de pánico intermedio, en el que no rechazas la fuente
del miedo porque no es insoportable pero dejas que te entre un poco
el cague porque, oye, a ver si esta película de terror va a ser
verdad.
Una cosa ni pa ti ni pa mi. Que te
tenga en vilo un poco ahí siempre, a expensas de mis caprichos.
Porque lo mismo mañana quiero que me lleves a caballito hasta la
panadería y si no estás acojonado me mandas a tomar por culo. Y
cualquiera va hasta la panadería, que está en la siguiente manzana.
Vaya palo.
Puedes asustar a tu mujer para que
piense que eres un gran hombre y no un puto mierda. Así, temblando
en el suelo, es permeable para aceptar cualquier historia que le
cuentes. Pues con la gente y la televisión haz lo mismo, hombre.
Tenles acojonados que alguien tiene que hacerte la cena, y no vas a
ser tú el que se ponga a cocinar. Eso, desde luego, sí que no.
¿Veis qué fácil es manejaros? Se os
asusta un poco y a partir de ahí ya empezáis a pensar, sometidos
por el miedo, que igual tengo razón en lo que digo.
Coño, esto es un chollo. Normal que os
lo hagan.







