lunes, 5 de septiembre de 2016

Leam Barniz Mate Ref. 266


Este es un spray que sirve para que tus obras tengan una capa transparente por encima que las proteja de los dedazos de tu hijo. Mi concepto artístico acepta los dedazos de tu hijo destruyendo mi trabajo, ya que pienso que las cosas si no se pueden manejar con soltura no sirven de nada y no tienen valor. Algo valioso puede verse manoseado por tu hijo y que no sólo no pierda valor, sino que aún tenga más, ya que es práctico.


Aún con todo compré este puto spray cuando no tenía tan claro el concepto como lo tengo hoy. Después de todo, si a alguien le vendes algo con una capa de barniz por encima no se sentirá estafado, se sentirá bien tratado. Mi concepto también incluye la flexibilidad, es decir, que si en determinados casos tengo que dejar de lado mi exquisito concepto de que la usabilidad de las cosas aumenta su valor, pues no pasa nada y todos tan contentos.

¿Que tú quieres una pieza a la que reverenciar y que nadie la pueda alterar con sus dedazos? Tranquilo, colega, tengo este spray.


Ser demasiado estricto no me parece un buen concepto artístico, como no me lo parece para la vida. El concepto artístico nace, naturalmente, de mi manera de ver la vida, que es lo que te vendo en diferentes formas. Mi visión de las cosas.

Una visión profunda y por tanto original de la vida es algo que parece ser que es muy valioso. Ya ves, yo lo tenía ahí en una esquina de mi cuarto, debajo de los papeles, y resulta que mi visión de las cosas es algo muy valioso. Quién lo iba a decir.


Esta visión profunda y original de las cosas te recubre a ti mismo de un barniz que la gente nota cuando te ve. Ya ves, el barniz que le niego a mis trabajos a mi me recubre de otro, que hace que me percibas de determinada manera. ¿No es algo, de alguna manera, mágico?

Asimismo, mi mirada cruzándose con la tuya puede hacerte pensar que el concepto que tienes de ti mismo es peor del que podrías tener si vieras la vida a través de mis ojos. Por lo tanto mi mirada te enriquece. Y eso es lo que debe ser que la hace valiosa.


Una mirada sucia o poco lúcida te puede llevar a cometer calamidades, porque puedes tener un concepto de ti mismo empobrecido, y uno comete atrocidades cuando se siente empobrecido. Nadie que se vea fresco como una lechuga y reluciente como una tetera de plata se va a poner a atracar a nadie a punta de navaja, ya que no siente que eso sea necesario. Ya se siente suficientemente bien, no necesita bajarse al barro para conseguir nada más.

Te insto, por tanto, a dejarte contagiar por mi mirada ya que bajo ella todo es mucho más colorido y está impregnado de una luz divina. Tú te puedes ver gorda, yo te veo preciosa. Tú te puedes ver delgaducha, pero yo, sin embargo, te veo preciosa. Tú puedes pensar que eres un pijo que ya no tiene remedio en esta vida, yo te veo como un tío macho que a lo mejor es un poco tontín, pero precisamente en eso reside tu chispa. Igual tú te ves como un garrulo irrecuperable, yo veo un macho gigantesco que ya lo querría para sí cualquier mujer.


Como ves, desde mi punto de vista todo es diferente, mucho mejor, tengo que decir. Por eso mi visión para ti es valiosa, porque donde parecía que había una película de terror yo veo Rey de Reyes mezclada con Cars.

Tú te pasas el día viendo La Matanza de Texas y, claro, pues uno acaba desasosegado, viendo todo el día La Matanza de Texas. Es mejor pasarse el día viendo Los Diez Mandamientos mezclada con ¡Rompe, Ralph!


Y ese es el motivo por el que me ves así tan brillante. Porque como yo estoy viendo una película que inspira mientras que tú estás viendo una película que deprime, yo soy percibido como una persona inspirada y tú como una deprimida.

Tampoco es esto física cuántica. ¿O sí?


Arrójate, por tanto, a mis pies y suplícame que te dé un poco de lo que yo tengo para que las tinieblas desaparezcan de tus ojos. Si suplicas con la suficiente educación y con el suficiente respeto igual me digno a compartir contigo lo que no creo que se le deba dar a todo el mundo, ya que es demasiado precioso. Las margaritas se les deben echar a los cerdos cuando no hay otra opción, pero ahora el PP ya ha conseguido enderezar el rumbo de este barco que es España y mis margaritas ya pueden venderse a precio de margaritas, ya que ya tienes alimento de baja calidad suficiente. Ahora que tus necesidades nutricionales básicas están satisfechas es hora de que te dediques a adornarte un poco, que, de verdad, es que se te ve mal, ¿eh? Se te ve mal.

A ver, ¡sit! Muy bien, perrito. ¡Plas! ¡Plas! El plas todavía no lo sabes hacer. Bueno, cuando lo sepas hacer te doy una galletita, perrito.


Muy bien, buen chico. ¡Ahora tráeme las zapatillas!