sábado, 3 de septiembre de 2016

Ital Lemon Zumo de Limón


Los intestinos de un hombre son cosa seria. De ellos sale la caca que luego sirve para abonar los campos y que los frutos crezcan más lustrosos, más nutritivos. Esto se puede tomar como metáfora o como dura realidad física, lo que más te guste.


Para los intestinos una cosa muy buena es el limón. El limón, como sabrás si te has leído todas y cada una de las historietas de Zipi y Zape como yo, es astringente. El limón hace que las paredes de tu intestino se pongan tersas y en ellas se puedan desarrollar trozos de mierda más duros, que quedan mucho mejor al cagar. Una mierda compactada queda mejor al cagar que una mierda hecha papilla, que parece que no ha pasado suficiente tiempo en el horno. Con la mierda pasa como con los pasteles.

Para tal fin, yo tengo un método del que estoy muy orgulloso, ya que me lo he inventado yo. Creo que pasas demasiado tiempo leyendo webs sobre cómo tener éxito y demasiado poco pensando por ti mismo cómo tener éxito. No digo que tengas que dar la espalda a la inspiración, pero no deberías pensar que tú eres la persona que menos sabe de todas y que todas las demás saben lo que debes hacer con tu vida. Creo que eres Valencia y que compras las naranjas a Chiquitistán.


Mi método consiste en lo siguiente: me bebo un cacho de una botella de litro y medio de agua mineral, el equivalente a la cantidad de zumo que hay en uno de estos botes que hoy nos ocupan. En el espacio sobrante vacío el contenido de uno de estos botes consiguiendo agua con limón de forma pura, ya que estos botes contienen única y exclusivamente zumo de limón. No son como el Trina, que te dicen que llevan un 8% de zumo de limón como si eso fuese un logro sobrehumano. ¡Diablos! ¿Tan poco zumo de limón y te atreves a considerarte “el refresco más natural”? Casi prefiero entonces tomarme una Fanta, que llevará menos zumo de limón pero está más buena. Trina está en tierra de nadie, ni está tan buena como la Fanta ni se le puede considerar algo realmente natural. Trina es un coñazo, un segundo plato.

El caso es que con mi método me monto un brebaje que bien lo podrían recomendar los médicos. El cuerpo me pide beberlo, que es lo que tiene que pasar cuando algo le sienta bien a tu cuerpo. Si tu cuerpo te pide algo dáselo, ya que tú no sabes más que él. Y si te lo rechaza no se lo des por el mismo motivo. A mi el cuerpo me pide dulce, se lo doy y cada día soy más feliz y estoy más sano. La vida tiene demasiadas pocas complicaciones como para rayarse lo más mínimo.


Total, que mientras bebo esta mierda noto como mis intestinos se ponen duritos, es como si los llevase al gimnasio, otra cosa que mi cuerpo no me pide nada. Noto cómo se ponen a amasar la mierda más diligentemente, como si les hubiese dado ese seguro dental a los obreros de la fábrica por el que ahora trabajan mejor, más motivados y contentos. Y, por tanto, son más productivos. Todos ganamos. Obreros y patrón, que soy yo.

El resultado son unas mierdas de concurso de mierdas, de exquisita forma y textura. El cagarlas está muy bien también porque te roza en el ano, y eso es como una polla gruesa para la vagina de una mujer. Se nota más, roza más, da más gusto, me hace sentir más mujer, en mi caso más varón, porque cagar gordo y duro te hace sentir más varón.


Cuando termino y contemplo satisfecho mi obra me pongo muy contento, porque he cagado más plastilina que pasta de judías, y eso te hincha el pecho. Me abstengo de palpar mi trabajo porque, bueno, un trabajo tan exquisito merece la pena que quede sin mácula. No le saco una foto porque luego no se la podría enseñar a nadie, ya que todo el mundo tiene el cerebro lavado, más a mi edad, y creen que lo bueno es malo y lo malo es bueno. Es una enfermedad de la gente contra la que ya no lucho, simplemente la surfeo con elegancia.

Así que ¡nada! Si queréis tener un tránsito intestinal excelente y no queréis recurrir a fórmulas prefabricadas como el All-Bran, ya que no sé cómo no estáis cansados de dejar que otras personas piensen por vosotros y encima pagarles por ello, os dejo que imitéis mi fórmula.


¡A cagar bien, hijos de puta!