Ultra Sunrise es una manera de hacer
bakala lo hippie y a mi eso me parece muy bien. Lo hippie sólo es
aceptable socialmente si está pasado por el filtro bakala.
Hippies y bakalas son la misma persona
mirada desde dos ángulos distintos. A ninguno de los dos les gusta
trabajar, es algo que les da alergia. No conocerás a ningún hippie
ni a ningún bakala trabajadores porque no existen. Eso es
contraconcepto. En el momento que se hiciesen trabajadores dejarían
de ser bakalas o hippies. Serían hipsters o ejecutivos, según el
caso.
Ambos tienen una visión muy sencilla
de la vida. A ambos se les puede alegrar la vida con un sencillo
objeto, una flor, un chisme de esos para hacer pompas de jabón, una
navaja o un Seat Ibiza. No necesitan más. En su sencillez está su
magia.
Como se parecen tanto se pelean mucho,
porque unos se recuerdan a otros la parte de sí mismos que han
olvidado, esa que está tan dolorida y que su mera visión les causa
dolor. Por eso se pelean, no por intrincados debates ideológicos.
Pero son la misma persona intentándose
demostrar a sí misma que este camino y no el otro es el correcto,
aunque ambos caminos son el mismo, su parte derecha y su parte
izquierda.
Yo tengo amigos hippies y bakalas y
todos me caen mal por lo mismo, porque son tontos. De hecho he tenido
amigos bakalas que luego se han hecho hippies y hippies que luego se
han hecho bakalas. Simplemente han recorrido el camino que tienen que
recorrer en la vida por su flanco derecho o por su flanco izquierdo,
creyendo que habían cambiado de rumbo pero simplemente habían
abierto un ojo y habían cerrado el otro.
Vamos, es que no se puede ser más
tonto, ¿no os parece?
Y, sin embargo, ahí siguen, haciéndome
gracia con sus cosas facilotas y pasando la vida conmigo como ese
Seat Ibiza destartalado que te acompaña en tu viaje por carretera. O
como esa furgoneta Volkswagen destartalada, ya te digo.
Que alguien sea tonto y me irrite de
forma desmesurada no quiere decir que no le quiera. Amad a vuestros
enemigos no es sólo un consejo, es algo que es imposible dejar de
hacer, porque aunque sean idiotas se hacen querer.
Así que me caen mal y me caen bien por
lo mismo: porque son tontos. Porque con ellos no hay que pensar, ese
trabajo agotador del que trato de zafarme siempre que puedo. Con
ellos puedo pasarme el día, pero el día, jugando con dos palos y
tirándonos pedos y, chico, que es que se está muy feliz. No hace
falta más.
No depreciéis a la sencillez por ser
sencilla, porque la sofisticación puede llegar a convertirse en un
laberinto mortal. Os insto a que en vuestra sofisticada jornada
hagáis un hueco para vuestros amigos hippies y bakalas porque, sin
apenas mover un solo músculo, os pueden hacer recuperar la
perspectiva con un gesto.
Tú les llegas con un problema laboral
muy grave, gravísimo. Tú les cuentas que en las reuniones pasa
esto, y que luego en el performing data ha salido esto cuando los
inputs sugerían que saldría lo otro. El ROI se desploma y la
ineficiencia se ha instalado en el ambiente.
Y él te mira así de lado, sin dejar
de cavar un hoyo en la tierra con la navaja o sin dejar de hacer
pompitas de jabón y te dice “Vamos, que ese tal Martínez te está
haciendo la cama, ¿no?”
Pues sí, sí. Eso es. Que Martínez es
un hijo de puta y me está haciendo la cama. Ya ves, lo ha cazado
todo al vuelo sin mirarte ni siquiera a la cara.
Por eso... ¿Qué les vamos a contar a
ellos que no sepan? Nuestro mundo sólo es una versión sofisticada
del suyo, nosotros nos mandamos a tomar por culo pasando por encima
de una sugerencia creativa en la reunión de los lunes u olvidándonos
de llevar a alguien tal informe para que se la cargue él con los de
arriba. Ellos te mandan mandándote, porque no son tan pomposos ni
tan nenas como para hacerlo de otra manera.
Nosotros trabajamos mucho durante el
año para poder tomar vacaciones, y ellos viven de vacaciones todo el
año y trabajan un poco para seguir haciéndolo eternamente. ¿Quién
es aquí el tonto?
Quizás ellos hayan aprendido a
convivir con el rechazo social, ese que a las clases acomodadas les
da tanta alergia como a ellos les da alergia trabajar. Quizás a
ninguno nos dé alergia nada y nos hayamos especializado en un campo
de la vida y los otros en otro.
Total, que respetes a los hippies y a
los bakalas. Que molan mucho. Son tus ancestros recordándote que no
eres tan importante ni nunca lo serás, porque polvo eres y en polvo
te convertirás.








