sábado, 24 de junio de 2017

Angry Birds – La película

Uno puede pensar que esta peli es una mierda, que es lo que pensé yo la primera vez que la vi. Pues no, es bastante buena. Con el agravante que como te esperas que sea mala luego te gusta más todavía.


Angry Birds es una crítica voraz al buenismo. Los pájaros tienen una sociedad basada en el encefalograma plano y en responder a todo con una sonrisa. Igual que la nuestra, en líneas generales. La movida es que cuando atacan los violentos cerdos las sonrisas no sirven para nada y los que salvan el cotarro son los pájaros iracundos. Los Angry Birds.

Ya está, ya has visto la película. El protagonista está doblado por Santiago Segura que hace un trabajo superior a su línea, bajo mi punto de vista.


Las cosas más ricas de todas son las que crees que van a ser una mierda y al final son cojonudas. Por ese motivo ya no leo críticas de videojuegos. No hay mejor sabor para el paladar que no esperar mucho y que te sorprendan. Por eso el aspecto externo ha de rebajar las expectativas del cliente, no aumentarlas.

Si te curras una campaña de marketing estupenda y luego el producto no está a la altura vas a conseguir el efecto contrario al buscado. Lo que tienes que hacer es una campaña de marketing suficiente para que la gente pruebe el producto y diga “¡Vaya! ¡Es mejor de lo que creía!”. Ese es el marketing moderno para mi.


Según están las cosas eso no se puede hacer, porque no puedes decirle a un creativo que rebaje su nivel en pos de una estrategia más grande que él. Si haces eso el creativo te mandará a la mierda y se irá en busca de pastos más verdes. Así que yo en tu lugar le encargaría la campaña de marketing a tu sobrino.

Tu sobrino estará encantado, porque a tu sobrino siempre le encantó dibujar. Te va a hacer una campaña cutrongui que llamará la atención por lo cutre que es. Sólo queda que algún insensato pique y se dé cuenta de que tu producto vale más que el anuncio. El boca a boca hará el resto.


Como ves, yo soy uno de esos tíos que invierten los términos. Pongo el tejado de cimientos y los cimientos de tejado. ¿O eres tú el que lo hace y yo hago lo correcto, lo que se ha hecho toda la vida de Dios? No te voy a responder. Creo en las campañas publicitarias que hacen pensar al cliente.

Como a mi no me interesan clientes que no piensen puedo permitirme estos lujos, hacer cosas para gente que piensa, no para gente que es tonta. Además planteando así las cosas te meto en un callejón sin salida: nunca admitirás que eres tonto, por eso jugarás a mi juego sólo por no reconocer la verdad. Como ves he pensado en todo.