Uno puede pensar que esta peli es una
mierda, que es lo que pensé yo la primera vez que la vi. Pues no, es
bastante buena. Con el agravante que como te esperas que sea mala
luego te gusta más todavía.
Angry Birds es una crítica voraz al
buenismo. Los pájaros tienen una sociedad basada en el encefalograma
plano y en responder a todo con una sonrisa. Igual que la nuestra, en
líneas generales. La movida es que cuando atacan los violentos
cerdos las sonrisas no sirven para nada y los que salvan el cotarro
son los pájaros iracundos. Los Angry Birds.
Ya está, ya has visto la película. El
protagonista está doblado por Santiago Segura que hace un trabajo
superior a su línea, bajo mi punto de vista.
Las cosas más ricas de todas son las
que crees que van a ser una mierda y al final son cojonudas. Por ese
motivo ya no leo críticas de videojuegos. No hay mejor sabor para el
paladar que no esperar mucho y que te sorprendan. Por eso el aspecto
externo ha de rebajar las expectativas del cliente, no aumentarlas.
Si te curras una campaña de marketing
estupenda y luego el producto no está a la altura vas a conseguir el
efecto contrario al buscado. Lo que tienes que hacer es una campaña
de marketing suficiente para que la gente pruebe el producto y diga
“¡Vaya! ¡Es mejor de lo que creía!”. Ese es el marketing
moderno para mi.
Según están las cosas eso no se puede
hacer, porque no puedes decirle a un creativo que rebaje su nivel en
pos de una estrategia más grande que él. Si haces eso el creativo
te mandará a la mierda y se irá en busca de pastos más verdes. Así
que yo en tu lugar le encargaría la campaña de marketing a tu
sobrino.
Tu sobrino estará encantado, porque a
tu sobrino siempre le encantó dibujar. Te va a hacer una campaña
cutrongui que llamará la atención por lo cutre que es. Sólo queda
que algún insensato pique y se dé cuenta de que tu producto vale
más que el anuncio. El boca a boca hará el resto.
Como ves, yo soy uno de esos tíos que
invierten los términos. Pongo el tejado de cimientos y los cimientos
de tejado. ¿O eres tú el que lo hace y yo hago lo correcto, lo que
se ha hecho toda la vida de Dios? No te voy a responder. Creo en las
campañas publicitarias que hacen pensar al cliente.
Como a mi no me interesan clientes que
no piensen puedo permitirme estos lujos, hacer cosas para gente que
piensa, no para gente que es tonta. Además planteando así las cosas
te meto en un callejón sin salida: nunca admitirás que eres tonto,
por eso jugarás a mi juego sólo por no reconocer la verdad. Como
ves he pensado en todo.