martes, 13 de junio de 2017

Xbox One X

Sin que sirva de precedente voy a hacerme eco de una noticia de actualidad. Eso sí, con nocturnidad y alevosía. Como lo hago yo todo, la verdad. Ninguna novedad. Para qué engañarme.


Project Scorpio (como si se tratase de un proyecto de Hank Scorpio, ultravillano millennial en Los Simpson) ha cristalizado en Xbox One X. Me parece un nombre redondo. X da la sensación de ser algo puntero, el no va más. Y encima es el símbolo de Xbox. Es como decir que esta consola es la leche sin decirlo. Tampoco la iban a llamar Xbox La Leche. Aunque algún día habría que atreverse con esas cosas.

La han llamado Xbox One X y no Xbox X, dejando claro que no es un salto generacional. Es una especie de “esto es la polla dentro del marco actual en el que todavía nos encontramos nos guste o no, señorías”. Según las especificaciones técnicas, Xbox One X se mea en la boca de PS4 Pro, que no mueve gráficos 4K de forma nativa mientras que la nueva consola de Microsoft sí. O sea que una finge ser guay mientras que la otra lo es de raíz. Interesante planteamiento, ¿no os parece? Muy contemporáneo.


Por mis características personales está claro que conceptualmente prefiero Xbox a Playstation. Imagino que millones de millennials han pillado lo mismo que yo y se van a lanzar a Xbox como moscas a la miel. Entienden, como yo, que se puede molar en plan barón o marqués o se puede molar en plan monarca absoluto. Y los que sientan esa llamada de la realeza también elegirán Xbox.

¿Por qué la gente gasta un solo euro en marketing? Los que verdaderamente contamos ya vemos qué cosas molan y qué cosas no molan sin ver un solo anuncio. No nos tienen que explicar nada. Nos entendemos como los Illuminati, reconocemos a un miembro de nuestro club por instinto. En los anuncios no vemos ningún mensaje, sólo vemos el nivel de farsantía de una marca. Así que yo que vosotros lo dejaría. Lo vuestro no tiene futuro.


Si no tienes ADN Illuminati nada te puede salvar. Ni billones de dólares en marketing podrían cambiar lo que eres por genética. ¡Así que déjalo! Aspira a lo que realmente puedes aspirar y disfruta de lo que Dios quiere para ti. Nosotros disfrutaremos de lo nuestro.

Ah, claro, que no has parado de sacar pecho delante de los demás miembros de la junta directiva y ahora te da palo abandonar tu jornada yerma hacia ninguna parte. ¿Ves? Por eso eres inferior. A nosotros no nos cuesta nada reconocer nuestros errores. Los reconocemos y ya está.


Soy malísimo para las despedidas. Siempre me ha pasado. Con los años he dejado de llorar como una niña pero el corazón se me sigue poniendo blandito, muy blandito. Y a vosotros, seres de ADN pequeñito, como un ratón, os tengo que dejar. Me tengo que ir con mis compañeros millennials a jugar a la Xbox One X.

¡Ey! Me lo he pasado muy bien. No nos pongamos dramáticos. Pero recordad: dejad de hacer anuncios. Eso sirve en las dimensiones inferiores, pero no aquí. Ahorrad el dinero para vuestras familias, que lo van a necesitar.