Aprovechando que tú estás comiendo
mini mazorcas y berenjenas a la plancha yo voy a comerme unas
Pringles Paprika, que son como cualquier otro alimento sólo que
están más ricas.
A mi que comas mini mazorcas bien. Lo
que pasa es que si quieres pescar marido será mejor que sepas
cocinar algo más que mini mazorcas. Los tíos podemos ser todo lo
refinados del mundo, pero bajo toda esa educación exquisita yace un
hombre de las cavernas. El hombre de las cavernas vive para comer y
follar y si sabes hacer mini mazorcas y no eso date por eliminada.
Aceptar este hecho no tiene nada de
particular. Tienes un perro ¿no? Pues el perro es como nosotros.
Puede estar todo lo domesticado del mundo y ser encantador pero es un
perro. Puede que sea más salvaje de lo que te gustaría aceptar
intelectualmente pero, a cambio, tiene ciertas ventajas añadidas: el
perro espanta a los ladrones y violadores, porque aquí el único que
te viola es él.
La territorialidad forma parte del
juego. Y a la territorialidad no se le alimenta con mini mazorcas.
Así que tendrás que introducir ciertos cambios en el menú: en vez
de mini mazorcas 7 días por semana pasaremos a prepararlas 3. Luego
2 días de comida a domicilio y otros 2 de acariciarme el vientre con
aceites, para que digiera tu cocina. ¡No es fácil, vacaburra!
Ahora que has entendido la realidad del
panorama y estás exenta de la bella fábula que inventaste para
enfrentarte el mundo, dime ¿cómo te sientes? ¿Devastada? ¿Desnuda?
Cuéntame. Me pirro de curiosidad.
No tengo nada en contra de tus
cualidades líricas, por supuesto que no. Me parecen discretas pero
respetables. Pero entiende que yo también vivo en mi propia fábula.
En mi fábula yo soy un rey absoluto ante el que todo bicho viviente
se postra. Así que si tú no juegas un poco a mi juego yo no pienso
jugar al tuyo. Es así de sencillo, así de infantil, así de
inocente.
Si quieres jugar a que eres una
princesa tú tendrás que jugar otro rato equivalente a que yo soy un
rey. Y así, con un toma y daca justo y bueno, creceremos en armonía.
Si no sabes jugar más que con tus propias reglas estás vendida.
Tendrás que conformarte con el calzonazos, del que dices para
consolarte que “es muy mono”.
Claro, ese es tonto; a ese está
chupado mangonearle. Lo que pasa es que cuando lleguen los violadores
se escapará corriendo, porque ese va de bueno porque es un mierda.
Deberías ir más con chicos. Aprenderías algunas lecciones
deslumbrantes.
Así que te quedarás devastada,
naturalmente, porque el que creías que era un príncipe ha resultado
ser una rana. Y todo por esa obsesión mema con las mini mazorcas.
¿Qué te costaba pedir un par de menús de vez en cuando al Foster´s
Hollywood? Ahora no te tendrías que ver así, cosa linda.