viernes, 16 de junio de 2017

Lego

Hablar de Lego es hablar de una de esas empresas que molan tanto, donde los jefes son tus amigos y la creatividad vuela a su antojo. Son sitios tan estupendos que no me gustan nada.


Estar de buen rollo por obligación es el peor mal rollo de todos. Yo ya he tenido 24 años y no me gustó. Tuve que ir a esos malditos festivales musicales donde si lo que pasa te importa una mierda, como a mi, te miran mal. 

"¡Cómete esta pastilla, Juan!" Y, claro, cómo no te la vas a comer. Cortarías el rollo, ¿no? Pues te la comes. Y eso de las pastillas a mi no es una cosa que me guste mucho, se te piran la cabeza y el cuerpo a Parla. No sabes lo que haces, así que te pueden partir la cara por tirar una copa sobre la chaqueta de uno. Ya ves qué cosas me pasan.


Supongo que Lego, Google y esos sitios son un poco igual, sólo que cambia las pastillas por plátanos. Si en vez de un plátano te comes unos Doritos te miran mal. Y vamos, que yo los plátanos bien, pero también me gustan los Doritos, tío. ¿Por qué eres tan chungo? Hace dos días tú te ponías ciego de ellos, hasta que se puso de moda el rollo raw.

Me es imposible pertenecer a ningún club. Todos los clubes tienen normas, aunque sean excelentes. Y eso de las normas es un poco molesto. Puede que mañana me apetezcan Doritos. ¿Tendré que joderme? ¿Tendré que comer plátanos porque somos niños de 5 años con canas? ¿Es esto la dictadura del jardín de infancia?


Pues sí, lo es, ya te lo digo yo. Esto de ir mínimo 10 años por delante a la más puntera humanidad mola pero a veces china. Siempre te das con la cabeza en el techo. Soy como Gandalf en casa de Bilbo Bolsón. 

Por eso entiende que me lo monte a mi manera. Yo no necesito un grupo. Lo necesito para charlar y, bueno, para echar un poco el rato, pero el grupo no tiene nada que enseñarme. En todo caso le tengo yo que enseñar al grupo. Pero el grupo por su naturaleza es idiota, por lo que enseñarle es cansadísimo. Casi que con el grupo prefiero emborracharme porque es para lo único que sirve.


Para comer plátanos paso de grupos. Prefiero un grupo de superidiotas que un grupo de idiotas ni fu ni fa. Con los superidiotas no hablarás de las novedades editoriales en El Círculo de Bellas Artes, pero te ríes mucho más. De ir con idiotas voy con las más idiotas de todos.

Por eso a mi eso de currar en Lego mñé. Ya, ya sé que tú darías una pierna, pero ya ves, yo mñé. Que paso. Que eso de currar en Lego es una gilipollez.