Cuando los tebeos molaban me pillaba
algunos que no sabía si me iban a gustar o no para experimentar,
para ver si descubría algo guay sin querer. Este tebeo pertenece a
esa categoría.
Experimentar es guay y chungo a la vez.
Es guay cuando descubres algo fantástico fiándote únicamente de tu
olfato. Es chungo cuando lo que podía aparentar ser un diamante al
final sólo es bisutería. ¡Menudo chasco! Esos chascos a mi me
dejan doblado. ¿A ti?
Nowadays descubrir diamantes es harto
difícil. Todo el mundo sabe hacer ya bisutería, por lo que el
olfato en estos tiempos ha de estar más afinado que nunca. Antes la
gente no sabía ni siquiera hacer bisutería, así que era más fácil
ver el brillo. Ahora como brillar brilla todo tienes que estar muy
alerta para fijarte en el brillo de verdad.
Te tengo que reconocer que a mi me han
explotado un par de matraces en la cara por hacer experimentos con
gaseosa. Estás todo confiado pensando que esta fórmula es lo que
parece y ¡plaf! peta la mezcla. ¡Puf! Y ahora a limpiar todo esto.
Supongo que no queda más que esperar a
que el ambiente se despeje un poco de toda la polvareda levantada por
la Tercera Guerra Mundial. Ahí seremos capaces de distinguir el
grano de la paja sin exponernos a quedar amputados de ningún
miembro. Por el momento yo te recomendaría quedarte en casa con tu
familia, que es lo que se hace en todas las guerras de toda la vida
de Dios.
Esta guerra tan bonita que hemos vivido
es bonita porque no se han utilizado las armas. Los humanos hemos
sido capaces de expresar nuestra violencia recurriendo al engaño en
vez de a las pistolas. ¡Bueno! Es un avance. Hay que reconocerlo.
La idea era quedarse con todo el dinero
pero no valía matar. Así que lo único que quedaba era engañar.
¿No os parece que los humanos, hasta cuando hacemos el ridículo,
inventamos cosas chulas? ¿A cuántos majaderos en busca de tres
perras has tenido que aguantar estos años? Probablemente a más de
los que tú te crees.
¡Mil majaderos con mil artefactos LED
para deslumbrarte! Normal que estés un poco confuso. Para eso se
inventaron las luces LED, para confundirte.
Así que, hombre, tranquilo. Que no
eres tú, es la guerra invisible. ¡Uuuuuuuuh, la guerra invisible!
¿No te acojonas? ¡Qué machote!