sábado, 3 de junio de 2017

Blackberry

Todo el mundo odia Blackberry menos Kim Kardashian y yo. Y yo odio a Kim Kardashian. A veces las cosas pueden ser muy complicadas, ¿no os parece?


Nunca he tenido una Blackberry clásica, sólo una Z10, que no tiene teclado físico. Pero era un teléfono de perillas. El teclado funcionaba divinamente, no como el Android que tengo ahora. Escribir por Whatsapp se ha vuelto un coñazo y por eso trato de evitarlo cada vez más. Además ya paso de la ortografía. Entiende lo que te quiero decir y no me vengas con pejiguerías ortográficas.

¿He escrito balón con v? Pues no seas gilipollas y date cuenta de que se me ha pirado el dedo, no es que no sepa que balón va con b. Si alguien cree que el error es mío y no del teclado ese alguien es gilipollas hardcore.


Y si no supiera que balón va con b ¿qué pasa? ¿Has entendido lo que te quería decir? Pues calla. “He chutado el valón y ha entrado en la portería”. ¿Tienes alguna duda, Camilo José Cela de mierda?

La ortografía es el bastión de los tarados. Antes, que nadie sabía ortografía, era un mérito saberla. Pero hoy que la sabe todo el mundo no cometer faltas de ortografía es casi de paleto. Los urbanos punteros hacemos faltas de ortografía porque entendemos que lo importante es el qué, no el cómo.


Además, escribir con faltas de ortografía cuestiona el orden imperante. Yo tengo tantas ideas en la cabeza que las normas del lenguaje han dejado de ser un apoyo para convertirse en un estorbo. Escribir una frase correctamente es limitante. Preferiría hablar con sonidos inventados. En la música de las cosas está implícito lo que se quiere decir. ¿Entendéis eso, pandilla de retrasados?

Imagino que no, ya que sois retrasados.


El mundo se nos ha quedado pequeño. Eso sí lo entendéis, ¿no? Bueno, ya veis los esfuerzos que hago para torear vuestros cerebros de anémona.

Se han quedado pequeñas las empresas, se ha quedado pequeño el lenguaje. La humanidad se ha vuelto una especie galáctica que no está ya para pasar por cuellos de botella. ¿En qué parte del cuello de botella estás tú? En el malo. Lo imaginaba.